Abel Veiga

Fragua histórica

Abel Veiga


Cuando la puja termine

07/11/2023

Parece inminente la llegada de una investidura. Pero de la partitura sabemos lo que quieren que sepamos. Así ha sido siempre. Para unos y otros. Aunque esta vez todo se ha colocado a un lado u otro de una delicada línea, la constitucional. Una palabra ha terminado devorando y conquistado el ínfimo y hasta inexistente debate político, la amnistía. Y dejado el tema en el aire y donde la asfixia y abulia intelectual lo banalizan todo, el trabajo está hecho.
Como la amnistía, está hecha y pactada y en nada promulgada. Eso parece y lo que parece, acaba siendo en este solar patrio desmadejado, huidizo y donde lo serio no se juzga ni prejuzga, antes bien, se esquina. Sin embargo eso no impide que los socios de la coalición de las múltiples aristas antitéticas de Sánchez, salvo en lo constitucional y lo que es y valoran de España, tensen aún más la cuerda y saquen la exprimidora. Han aprendido mucho, no son novatos en esta lid. Y el socialista concede, y seguirá concediendo hasta que el teto se canse y ya no arroje ni leche ni sangre. 
Hemos asistido a un espectáculo a un borde de un precipicio donde ni escrúpulos ni sentido de estado, han sido excusa o solución. Antes al contrario, se ha bordeado todo. Absolutamente todo, desde la legalidad hasta la honestidad, la transparencia y un halo de cierta honradez intelectual o también decencia. Esto no vende en esta España donde quiénes más la denostan a pesar del privilegio y la prebenda política y económica, más le sacan y la hacen de suyo más desigual y distinta. Curiosa hipocresía ésta, pero permitida y unguida estas cuatro décadas. No nos engañemos que aquí todos han pactado y transigido, indultado y mirado hacia otro lado, con o sin terra lliure de por medio y gobierno de derechas. Vayan a alguna hemeroteca, sobre todo catalana, pues la noticia de aquél indulto de miembros de terra lliure solo salió en aquellos periódicos, no en los de tirada nacional. Pero la memoria también es esquiva y traicionera amén de sumamente a la vez que parcamente, sesgada e interesada.
Habrá gobierno, habrá por tanto investidura y veremos como es de real y sólida la avenencia interesada de los participantes en la misma y facilitadores de aquélla. Ni Sumar se romperá pesa a la amenaza de Podemos ni vascos ni catalanes nacionalistas e independistas a la vez, pues todo es lo mismo ya, aflojarán la soga y la bolsa. Esto ya lo hemos visto, nunca tamaña necesidad de dar lo que le pidan como hasta el presente. Revestido o no en falaces intereses de estado y aquello de que es bueno para España y la gobernabilidad cuando los compañeros de habitación quieren precisamente su desmembración. Y de paso atacar a todas y cada una de las instituciones del estado en un acoso y derribo tan perenne como permanente, constante e incoherente. Otras cosas veremos, otras vieredes, pero nada cambia en verdad.
Se acaba un tiempo político y arranca otro quizá más convulso que el que antecede. Se lo han, lo hemos, buscado a pulso los españoles. Luego no nos llamemos a equívocos, que desfacer lo roto no es fácil, se crean antecedentes, derechos y privilegios que ya no se devuelven. Y no, la puja aún no ha concluido. Suban la apuesta que faltan apenas 8 días.