Ricardo Guerra Sancho

Desde mi torre mudéjar

Ricardo Guerra Sancho


Un pueblo… mi pequeña ciudad

29/05/2024

Este es un tema recurrente, que he tratado en más de una ocasión, pero vuelvo de nuevo a la carga porque como decía en una columna anterior, hay publicaciones que te dan pie para puntualizar, al menos.
Cuando salgo de viaje y especialmente en los congresos de la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales, lo repito con cierta insistencia.  Arévalo es de las ciudades más pequeñas de España, pero tiene ese título concedido el año 1894 por Real Decreto de 19 de junio, siendo reina regente Dª María de Habsburgo-Lorena, en nombre de su hijo Alfonso XIII, con una coletilla muy elocuente, "En atención a su población activa, fabril, administrativa, de servicios y su fisonomía urbana…". También manifestaba algo parecido Ángel Cabo cuando comentaba las informaciones del Catastro de Ensenada, realizado en 1751 y lo resumía en esta frase: "…habría que dar para Arévalo en ese momento la condición de ciudad, un centro comarcal o incluso más que eso…".  
No hace mucho, un amigo me pasó un artículo aparecido en La Razón y firmado por Javier Blanco en el que habla de nuestro monumento por excelencia, y si en el titular dice que se alza en "un pequeño pueblo de Ávila", en otra noticia relacionada habla de "La monumental «catedral» de un pequeño pueblo segoviano", que puede dar lugar a la confusión porque ya hay quienes confunden la raya provincial decimonónica tantas veces vapuleada.
La verdad es que el artículo está bien y es elocuente, quizás escrito con rapidez, sin comprobar el detalle, también equivoca el año de la fundación del monasterio. También denuncia que "en estos momentos se encuentra fuera del circuito cultural y turístico" y reitera que "con sentencias favorables que no han sido ejecutadas" … en eso no se equivoca, recordaba también las marchas de un numeroso grupo de vecinos reivindicando la entrega.
En fin, otro artículo de interés, pero algo descuidado, y por ello pierde y devalúan otros valores que contiene.
Por cierto, al hilo del tema de esa "monumental catedral" que decía Blanco, estos días vuelve el comentario del tema de La Lugareja, a ver si por fin se realiza la entrega de la llave de la ermita, un acto de justicia para la normalización y apertura del emblemático edificio en regla, en forma y en horario.
Ciertamente, mucho más que cumplido el plazo establecido y mucho más aún la fecha en que el Tribunal Supremo falló a favor del Obispado, por tanto, a la parroquia arevalense, sigue sin ejecutarse la sentencia. 
Una entrega de las llaves que yo imaginaba como la entrega de las llaves de Granada a nuestra Isabel, pero ese acto tan esperado se va diluyendo como un azucarillo y mucho me temo que será una entrega por la puerta trasera…
Dicen que eso ya es asunto del juzgado arevalense, pero como todos los juzgados de España, como está sobresaturado, la lista de espera, o el orden en el montón de ejecutables, o las prioridades que se dan, hacen insufrible la espera. Si bien es cierto que, si este tema para Arévalo es tan significativo y necesario para reestablecer la normalidad, podemos imaginar esas largas esperas para otros asuntos que son vitales para personas y familias… 
La Justicia sigue estando a la espera de medios y de estabilidad de los ejecutores, para agilizar tantas causas pendientes.