La semana pasada anunciábamos el ruido político que ahora se ha instalado, como esos malditos acúfenos, en el interior de nuestras seseras y nos perturba de manera inmisericorde; su origen estaba en el exterior y ya se cuidan muy mucho algunos gurús y prebostes de que no decaiga.
Y sí, la ciudadanía está muy intranquila, aunque calla, a la espera de cómo los políticos se mojan y resuelven la situación. No, no vale sólo instalarse en la postura de la protesta y nos sorprende comprobar como la misión de algunos consiste en echar gasolina al fuego, importándoles poco la extensión que pueda alcanzar el incendio.
Todos tienen derecho a manifestarse, faltaría más, y a expresar sus preocupaciones, es absolutamente legítimo, pero es inquietante ver esas cabeceras expropiadas por los mandamases; es amenazador el lema de algunas pancartas; es irresponsable camuflarse entre la masa para lanzar ciertas soflamas. Y nos da igual que sean los independentistas que los nacionalistas de uno u otro signo, la situación provocará más ceguera y conducirá a más excitación.
Si absurdas, por evidentes, eran las críticas de que la Diada había perdido fuerza, no es menos patética la torpeza de Aragonés de ERC, que considera la protesta de Societat Civil Catalana un fracaso ¿Ignoran esos críticos que entre quienes se manifiestan anida más violencia e ira que ánimo de concordia? ¿Ignoran que por mucho que se reduzcan esas cifras son suficientes, de uno y otro lado, para que el incendio sea inmenso? La talla de los gobernantes no sobresale de la línea de asfalto.
Negociaciones imposibles; desacuerdos frustrantes; roturas entre familias políticas de todos los signos de derecha e izquierda; quiebra en la confianza entre los socios de Gobierno, y oposición entre ellos mismos; pérdida del oremus al pretender cada cual ser más que el otro: infantil; luchas intestinas por el control del partido, ahora especialmente en los partidos de derechas: veremos como acaba. Y, para rematar, mucho teatrillo como vemos en bastantes abantos que por querer sobresalir corren aturdidos y torpes a anunciar la buena nueva; ¿qué buena nueva?, ¿pero que prisa tienen? Aquí vemos a parte de los socios de gobierno; y a otros, socios también, que en el colmo de la impostura piden ministerios sin saber aún siquiera si gobernarán. Hay quince partidos o grupos inmersos en Sumar ¿Habrá puestos para todos?: patético.
Cada vez es mas evidente el ansia de poder, esos deseos que se alimentan a costa de otros y sabemos que nunca son ni gratuitos ni altruistas, en política nadie regala nada ¿verdad Puigdemont?
Y habremos de estar atentos, pues si los de izquierdas no gobiernan también llegarán los ajustes de cuentas… no desesperen. Recuerden que el poder desgasta, la oposición desgasta también, pero más.
La capacidad de resistencia ha de ser rocosa y saber que en el camino perder la compostura, porque prevalezca la víscera al juicio, es perder el objetivo; escribe el sabio Montaigne, "la impresión de las pasiones no es superficial, penetra hasta la razón infectándola y corrompiéndola", pero es baladí recordar a los sabios. Los que mandan no escuchan, no leen, no saben… solo de lo "suyo".
Los acúfenos, según el diagnóstico de los doctores pueden durar como mucho hasta el 27 de noviembre, no quita que después persistan otros tipos de ruidos que podrían ser peores, pues de pájaro ruin, ruin es el cantar, dice el refranero. Y sí, muchos son esos pájaros, personajes astutos y peligrosos, que atronan el espacio. La horda que nos rodea no cesa sus enloquecidos gritos que nos aturden a boca de cangilón, paciencia ciudadano… y vayamos pensando que si hay que votar de nuevo, más que nunca debemos tener las cosas claras.
Las negociaciones las hacen, creemos, lo mejor que pueden según los indicios, aunque de momento están a media carta, ¿quién dijo que iba a ser fácil? No deben correr, aunque no esta la gente para mucha esperas, y un poquito de luz, por favor. Les recordamos señores componedores, sobre todo a los tercos y obstinados, que huir de posiciones imposibles que plantee el adversario no es deshonor ni deshonra. Son peores esas victorias en las que el campo queda plagado de victimas que ya nada aportarán.
Los negociadores, de tanto mirar y remirar lo que pretenden firmar, pueden llevarnos a las uvas, o sea, a elecciones… pues tampoco pasa nada. Hay democracias muy consolidadas en Europa que si tienen que volver a votar lo harán. Lo importante es salvaguardar la democracia de chalanes, imbéciles, oportunistas, sectarios, visionarios y demás calaña.
¿Recuerdan la canción de Silvio Rodríguez, "la fabula de los tres hermanos"? Así veo, con perdón, a los políticos que deambulan buscando acuerdos. Uno, mirando al suelo para no tropezar, del cuello quedó torcido, y nunca se le enderezó; otro miraba al horizonte, pero no veía las piedras del camino, y siempre por el suelo acababa su excursión; el tercero llevaba sus pupilas una arriba y otra abajo, y su mirada quedó extraviada ¿Hay norte? Veremos en que estado quedan los políticos que nos guíen.