En plenas fiestas navideñas casi todas las ciudades se adornan de filigranas y luces de colores , pero también aumentan los contrastes tanto en sus calles como en sus gentes.
Valencia es cómo no, una de ellas, y más aún con las diferencias ya existentes entre los pueblos que han sido asolados por la DANA y la propia ciudad, extensa, templada y a veces algo masiva, pero en la que puedes llevarte múltiples sorpresas y donde, por supuesto, la magia también puede hacer acto de presencia como he ha ocurrido a mi y a mi familia que me acompañaba (más bien les acompañaba yo a ellos).
Pasar por la autovía cerca de los pueblos destrozados es sobrecogedor incluso viéndolo desde lejos; un mes después aún se observa la magnitud de lo acaecido sobre todo en los cauces de algunos arroyos y barrancos y no te queda más remedio que pensar en los que lo han perdido todo y la lentitud de las ayudas; aunque no todas van a llegar, eso seguro.
Hay una visita casi obligada si visitas Valencia: La Ciudad de Artes y las Ciencias y El Oceanogràfic, un enorme complejo que asombra por su tamaño y el contraste de líneas, curvas, luces y reflejos, obra de Santiago Calatrava y Félix Candela. Sus enormes dimensiones hacen que un recorrido más o menos completo te lleve al menos cinco horas . A veces la zona está algo masificada debido a un potente centro comercial que hay justo enfrente. Pero incluso ahí puede aparecer la magia como ocurrió esa noche en la que la luna, júpiter y las líneas ascendentes de la estructura del gigantesco acuario se fundían en el cielo ofreciendo una imagen casi irreal...
Pero como hablamos de contrastes hay otra cosa que a la mañana siguiente, me sorprendió más aún y yo que soy poco amigo de las aglomeraciones, me sugirió casi más: El Club de los Libros Libres; una modesta pero excelente y original apuesta en plena zona de la Malvarrosa, muy cerca de la playa y también del famoso barrio de muchos conocido.
Es una especie de librería en la que como dice Rafael su fundador "los libros te encuentran a ti", y donde por una módica cuota anual de 11 euros puedes llevarte casi los que quieras, devolverlos cuando los leas o quedártelos si te han gustado mucho.
El propósito es que los libros sigan vivos, que circulen, que no se tiren, que se aprovechen y sirvan una y otra vez. "Los libros son de papel, pero no son papel".
Si entras allí, el misterio te envuelve en pleno día, y te encuentras rodeado de volúmenes de todo tipo: modernos y antiguos, serios y divertidos, para niños y para adultos... en un aparente caos de columnas y paredes formadas por los ejemplares que la gente ha donado, pero en el que Rafael conoce la localización de cualquiera por el que le preguntes. Y si no, el libro te encontrará a ti.
Una vez dentro te sientes envuelto por los contenidos y formas parte de ellos. Una maravilla para todo amante de los libros y que disfrute de la lectura en papel. Unos 30.000 ejemplares listos para ser adoptados. Un buen ejemplo que sería interesante seguir.:-)
EL CLUB DE LOS LIBROS LIBRES