Tenía en mente para la columna de hoy un tierno cuento de Navidad —otro más, me dirán— con originalísima idea sobre los padres de los Reyes Magos dejándoles juguetes y regalos la noche del día 5 mientras están fuera trabajando, pero a estas alturas tengo un poco de empacho navideño, estimados tres lectores. Además, es la primera de este 2025 —de rima preocupante, la última hace veinte— y creo que lo que procede es dejarme de cuentos y comenzar deseándoles un muy feliz año nuevo.
Año con muchos apuntes en la agenda. Año de Trump y de Musk; sus actos —buenos o malos— afectarán a la tierra abulense, no lo duden. Año donde nos meterán a Franco hasta en la sopa a cuenta del cincuenta aniversario de su agonía en la Paz. Habrá especiales en Diario sobre las visitas del Generalísimo a nuestra ciudad, biografías, documentales y ríos de tinta sobre el famoso hecho biológico. Hecho que se venderá en interesadas conmemoraciones como causante de la democracia, hurtando el mérito a los responsables. Siempre hay quien se aprovecha de que el Pisuerga pasa por Valladolid.
Hablando de democracia y Valladolid, todo apunta a convocatoria electoral adelantada en nuestra comunidad: otra más. Un signo de la debilidad estructural anclada en el gobierno de la Junta. Qué pereza me da, si les soy sincero, pensar en los partidos otra vez engrasando sus maquinarias, los candidatos pegándose por escalar un puesto en las listas y los cargos digitales haciendo apuestas de futuro sobre su posible continuidad. Pero habrá que votar.
En lo local, lo de siempre, que es algo de por sí preocupante. La enésima vuelta de tuerca al tema Fadisa-Nissan con la posible compra por el grupo Honda, que esperemos que no tenga consecuencias en la renovada planta. Las cumbres de la sierra carentes de nieve —si hacemos caso al refranero, no será año de bienes— lo que me hace pensar si no estaremos en junio otra vez a vueltas con el tema del agua, Guadiana que viene y va, pero siempre presente. Como siempre presente también el plan de Fomento, que sigo sin saber muy bien qué es, pero que ahora añade un centro geoespacial —¡un centro geoespacial!— a la carta a los Reyes Magos. Veremos, supongo, actividad universitaria; la UCAV está moviendo fichas para un crecimiento sostenido. Y crecimiento también supongo que tendrá a lo largo del año la red de calor —¿ha comenzado ya a funcionar?— con la alegría y júbilo que siempre aportan sus zanjas.
Y es año jubilar. En el que hay que ir a Roma, a ver al Papa. Que quizás es lo que tengan que volver a hacer el alcalde y el presidente de la Diputación, cuatro años después, para lograr renovar el convenio de bomberos y, de paso, conseguir la absolución a sus muchos pecados.