Todos los reyes españoles desde los Austrias están sepultados en el Panteón Real de El Escorial, salvo dos: Felipe V y Fernando VI.
Fernando VI, "el Prudente" o "el Justo", rey de España desde 1746 hasta 1759, era el cuarto hijo de Felipe V y María Luisa Gabriela de Saboya, y la muerte de su hermano mayor, Luis, en 1724 le convirtió en heredero.
Se convino su boda con la princesa portuguesa Bárbara de Braganza el 15 de enero de 1729. Él tenía 15 años y ella, 18.
Fue un matrimonio feliz. Bárbara era inteligente, ayudaba en cuestiones de estado, promovía las artes y la cultura. Cuando la reina falleció a los 47 años el 27 de agosto de 1758 en el palacio de Aranjuez, por no haber tenido hijos no tenía derecho a ser enterrada en El Escorial. Fue sepultada en el Real Monasterio de la Visitación de Madrid, el monasterio de monjas de San Francisco de Sales conocido como las Salesas Reales, fundado por ella.
Un año más tarde, sin lograr reponerse de la muerte de su mujer, fallecía Fernando VI y sorprendía al rechazar ser enterrado en El Escorial, prefiriendo permanecer junto a ella en las Salesas Reales, en dos sepulcros pared con pared en la Parroquia de Santa Bárbara, en el centro de Madrid: la actual calle del General Castaños, esquina precisamente a la calle Bárbara de Braganza.
Al llegar al trono, Carlos III ordenó la construcción de un mausoleo para Fernando VI con planos de Francesco Sabatini. Para su ejecución fue elegido el prestigioso Francisco Gutiérrez Arribas, natural de San Vicente de Arévalo (Ávila), autor de la fuente de La Cibeles y de varias esculturas de la Puerta de Alcalá, ambas en Madrid.
El sepulcro, de mármol, se encuentra a la derecha del crucero mirando al altar mayor. La urna tiene un relieve que representa al rey como protector de las artes, junto a virtudes de su reinado. Más arriba, el Tiempo como Saturno, sostiene un retrato de Fernando VI; dos angelitos sujetan el cetro y la espada, símbolos del poder. Hay dos esferas del mundo con una corona real. El conjunto está culminado por la Fama y un ángel que sostienen el escudo de armas del monarca.