El Diario de Ávila del 15 de septiembre de 1945 reflejaba la visita a Ávila del diestro cordobés Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, 'Manolete', en la noche anterior, de regreso de Salamanca. Aludía a él con su célebre sobrenombre de «El Monstruo», con el que en 1943 lo rebautizó el escritor y periodista Ricardo García 'K-Hito' en La Crónica de Alicante, un apelativo que arraigó y se extendió a la vez que el torero se convertía en una leyenda en la España de posguerra. 
No llegaba Manolete a Ávila para dirigirse a la plaza de toros de la ciudad, sino a cenar ese viernes en el emblemático restaurante 'Casa Patas' de la calle San Millán, desaparecido en 2008, cuyo propietario a la sazón era Félix Patas. El matador venía de torear dos corridas de la Feria de Salamanca, los días 12 y 13 de septiembre, la primera y segunda de abono.
El redactor del Diario recogía así la anécdota: «Pronto corrió la noticia y numerosos chiquillos se congregaron en la calle de San Millán para ver al torero. Pero un mala sombra les hizo ciertas insinuaciones malévolas y pronto el coro comenzó a cantar: Desde que ha venido Arruza Manolete está que bufa, con gran indignación del hotelero, pero haciendo brotar en la faz de Manolete una rara sonrisa. Terminado el yantar, el célebre matador, seguido a respetuosa distancia de su cuadrilla —todos en fila— salió al Mercado Grande, montó en su coche, miró al soslayo, fuése y no hubo nada».
La alusión de los muchachos en su broma fue a la famosa rivalidad en los ruedos, con gran amistad fuera de ellos, entre Manolete y el torero mexicano Carlos Arruza (Carlos Ruiz Camino), sobrino del poeta León Felipe. Ambos, de estilos muy diferentes, torearon juntos numerosas veces.
En ese momento, hacía seis intensos años desde que Manolete había tomado la alternativa. Las dos temporadas anteriores había sido el primero del escalafón español.  Poco sospechaba ese día de cena abulense el espada que le restaban menos de dos años de vida. El 28 de agosto de 1947 el toro Islero lo corneaba mortalmente en la plaza de toros de Linares (Jaén). Tenía 40 años. Nacía el mito.