Decía el coronel Schwab que la forma de conseguir que las cosas mejoren para alguien es aprovechar la competencia, no aniquilarla.
El juego es lo que hace de la dificultad un pasatiempo en el que prosperar. En las zonas frías del centro en las que vivimos la queja número uno es que hace demasiado frío para tener ganas de nada. En las ciudades pequeñas como la nuestra la ausencia de grandes oportunidades sumada a un escaso ambiente de público en ningún sitio transforma las conversaciones de las personas en eternas quejas. Todo malo, nada sirve y la gente con la que te cruzas lo último que quiere ver es la cara que llevas de que nada de lo que estás haciendo te está gustando. Pero las situaciones no dejarán de ser malas si las personas a su cargo son peores todavía.
«Abriré la morada de mi alma y te mostraré cuál es su estado. Verás por ti mismo si está limpia o contaminada». Esto reza un viejo dicho Samurái.
La filosofía popular japonesa extendida por los samuráis en tiempos de guerra era la de acudir al enemigo en busca de una mejora imposible de conseguir en los campos de entrenamiento. Por tal razón Espartanos, Samuráis, Micénicos y Romanos amaban la guerra, abrazaban lo que les hacía mejores en el arte al que se habían consagrado. Ahora tú, en el momento en el que estás no solo no te consagras a nada, sino que puedes estar huyendo de lo que podría salvar tu vida.
Apuesto a que estás poniendo mucho esfuerzo de tu parte en que las cosas estén bien, pero eso no garantiza el éxito. En realidad, nada lo garantiza. ¿Qué puedes hacer tú si tu hermano es diagnosticado de cáncer?, ¿entiendes a lo que me refiero? Creo que dar el máximo en estas situaciones es por lo menos no empeorarlas y aprovecharlas para acercarte más a tu hermano si habéis estado alejados, a la vida de la que aún gozas si has estado maldiciéndola durante años. Las crisis son las oportunidades que tu miedo no te ha dejado aprovechar.
Hacer lo que temes será más fácil cuando creas que lo que te da miedo te hará crecer en lugar de bloquearte. Tarde o temprano vas a ir a la lucha, tarde o temprano tus seres queridos se van a marchar, abandonarás tu trabajo, envejecerás, y no querrás mirar atrás para ver que en realidad lo que ha gobernado tu vida ha sido el miedo, un miedo del que has huido como un cobarde sabiendo que lo podías enfrentar.
Cada sentimiento negativo puede ser un enemigo o un constructor, así como cada persona con la que te encuentras puede acabar contigo o enseñarte algo nuevo. Normalmente atribuimos nuestro bienestar a las personas que nos quieren cuidar. Ignoramos que los que nos pueden destruir también tienen lecciones que nadie más puede mostrarnos. Esas fuerzas contrarias son buenas si aprovechamos su presión para educarnos. Si hay alguien a quien te quieras parecer por su carácter e integridad, lo será porque se acercó al dolor para aprender de él en lugar de ignorarlo. Con el tiempo, espero que tú seas la persona a la que los demás quieran acercarse para aprender que es mejor enfrentar que temer.