Hoy mismo está previsto que ya no se emita ningún canal de televisión en formato SD, es decir a una resolución normal, y sólo podrán sintonizarse los emitidos en HD o superior.
El motivo de esta desaparición por completo de los ya tradicionales se debe a la saturación de bandas y la irrupción de la transmisión de contenido en 4k, pero sobre todo parece estar relacionado con la expansión de las redes 5G en nuestro país. Unas bandas sobre cuya controversia poca gente habla ya que la mayoría de los medios y lobbys tecnológicos sólo difunden los beneficios sobre la conectividad, rapidez de transmisión, interacción con la domótica y automatismos a distancia.
Sin negar esas premisas, poco se mencionan los informes sobre la presunta y peligrosa afectación de estas radiofrecuencias en el ser humano. Numerosos países ya han paralizado la extensión de dicha tecnología y otros han pedido una moratoria ante las dudas más que razonables sobre sus perniciosos efectos. Lo que está claro es que un estudio serio sobre su nocividad requiere que transcurran unos cuantos años para un análisis correcto, y podría ocurrir lo que pasó con el DDT que en su época era la panacea y el mejor invento contra las plagas, y actualmente está prohibido prácticamente en todo el mundo debido a su persistencia, daños neurológicos entre otros muchos más, y la bioacumulación en el medio ambiente.
Pero volvamos a la emisión en HD y a la brecha digital serrana: La sombra televisiva con una antena convencional sobre esta sierra media que rodea al cerro de Gorría y los pueblos allí formados, hace que apenas se consiga señal proveniente de los repetidores de la capital abulense. No sólo no se ve en casi ninguno de estos pueblos nuestra televisión local, sino que con la mayoría de las cadenas nacionales ocurre algo similar.
Hace años se "instó" o casi "obligó" a estos ciudadanos de la sierra abulense a instalar recepción vía satélite; para ello montaron en casi todas las casas una antena parabólica con su codificador correspondiente y así poder disfrutar de este entretenimiento. La mayoría lo hizo ayudado por una pequeña subvención que algún organismo (no sé si local, comunitario o nacional) concedió para mitigar los gastos; ahora, con el nuevo cambio de frecuencia y la supresión total del formato SD casi todos los codificadores que se montaron entonces, tendrán que ser sustituidos, de momento con cargo al usuario, y no es poco pues se estima un desembolso superior a los 300 euros por codificador según han comentado ya algunos vecinos. Por cierto, una barbaridad para un codificador.
De nuevo la brecha tecnológica se ceba en la serranía abulense y vuelve a discriminar entre los 'ciudadanos de primera' habitantes de ciudad y los de los pueblos a la sombra del cerro, no sólo física sino también televisiva. Tal vez, ante la creciente indignación de estos lugareños y las quejas de sus correspondientes alcaldes lleguen algunas ayudas y subvenciones desde la Diputación, Comunidad o el Estado, porque los habitantes de esta zona están que arden, y no precisamente por el calor. :-()