Domingo del Prado

Los lunes de Domingo

Domingo del Prado


¡No hay quien os entienda!

01/03/2025

De nuevo amanece Hispania
con una grande polémica:
El bueno de Pedro San,
el que en La Moncló gobierna
con más de mil asesores
y ochocientas resiliencias,
a todos los españoles
nos va a endosar la gran deuda
que tiene La Catalonia
con lo que Hispania le presta,
aunque "La Espanya ens roba"
digan, con toda su geta.
Queramos o no queramos,
haremos esa colecta:
¡Diecisietemil millones!
—como ven, una miseria,
calderilla pura y dura
pa llenar sus faltriqueras—. 
¡Manirrotos, derrochones,
que gastáis más de la cuenta!
Si a vosotros os condona
—y la cosa ya está hecha—
para el resto de La Hispania
más que condona, es condena.
¡Vosotros sois condon ados,
y, sin condón, otros quedan
jodidos y sin un duro
y agotada su paciencia!
Para vos, el quita, quita;
para nos, el fuera, fuera.
Así que yo me pregunto:
—Si condona, ¿es sin vergüenza?
Tots los catalans y amics
del Pis del Mont y el Yunque Eras
llevan ya más de tres años
haciendo mil penitencias:
Uno, lejos de su casa,
en el exilio, en Bruselas,
rogando con devoción,
poniendo a Pedro San velas,
y rezando: —"Pedro nuestro,
perdónanos nuestras deudas"
Después de mil "pedrosnuestros",
y rogativas, y quejas,
el San Chez les da la quita
y les quita tales deudas
inclinando la cerviz, 
sin ofrecer resistencia…
—¡Por la cuenta que te trae!
—sus íntimos le aconsejan—.
¡Dale tot lo que te pid
y déjate de mont sergas.

La mosca del Pis del Mont
ya tenía tras de la oreja,
y el tal moscardón, cullons,
de dar la murga no deja:
—¡Dame tot lo que te pid!
¡Cullons, la pela es la pela!
Conclusión: El moscardón
pide limosna en Bruselas,
mientras el Manneken Pis
continuamente se mea
y Espanya, todavía más,
sufre grave incontinencia…
De Pis del Mont y el Manneken
Pis, y de La Hispania mea,
Pedro I El Magnánimo
siente una profunda pena
y por seguir en Mont Cló
y ante tamaña insistencia
del Pis del Monte fugat
y el amnistiat Yunque Eras
las sus deudas les condona
y tan panchito se queda.

Al instante, don Fe y ¡Jó!
con morriña de sua terra,
pone su grito en el cielo,
ofúscase y patalea,
y organiza en poco tiempo
unha queimada galega,
aportando fuerte "orujo"
y echando al fuego más leña
por ver si, por un milagro
de sus amigas as meigas,
lanzándole un buen conjuro
el de La Moncló se quema:
—"Mouchos, coruxas, 
sapos e bruxas,
de La Mont Cló 
salga el okupa".

Mas don Pedro pone en práctica
su distinguida elocuencia,
no le hace ni "puro" caso
y condona la tal deuda
y no le quita la quita
y la quita se la deja
diciendo: —¡Os haré más ricos
y ganará Hispania entera!

¡Ay, políticos de Hispania!
¡Ay, no hay quien os entienda!