Domingo del Prado

Los lunes de Domingo

Domingo del Prado


Don Altrán, Don Emérito, Don Revilla y Cía

14/04/2025

Varios hechos y sucesos

han causado gran revuelo.

Sigue haciendo de las suyas

el  Don Altrán el Trilero,

poniendo más aranceles,

a medio mundo jodiendo

y, sin pudor, declarando

altivo, a los cuatro vientos:

—"Todos ahora, a mí me llaman

y me besan el trasero".

Ante situación tan grave,

nuestro buen presi Don Pedro

pone pies en polvorosa

y se va como un torpedo

a ver al Xi Jinping Ching,

y a jugar nuestros dineros

a los chinos, mientras Donald,

dice: —"Pedro el embustero,

por jugárselo a los chinos,

se está jugando el pescuezo".

Don Altrán es la tormenta

llena de rayos y truenos,

y un terremoto económico

en continuo temblequeo

que nos ha dejado a todos

acojonados e inquietos

y con el culito al aire,

dándonos por el trasero…

Pero entonces interviene

con mesura, el Presi-Pedro,

que en busca de nuestro bien

está siempre predispuesto,

y hace rápido el petate

y en su Falcon va directo

hacia la muralla china

diciendo en chino: —"Aquí vengo

a arreglar este gran lío.

¡Sin mí no tienen remedio!"

A pesar de que a Albertiño

Pedro le tira los tejos:

—"A ver si ya de una puta

vez nos ponemos de acuerdo".

Pero allá por el oriente,

escuchando todo esto,

enterose de tal lío

el querido Rey Demérito

y dixo, ante tal conflicto:

—"Ahora mesmo yo intervengo".

Y ocurriósele al monarca,

tan solo por distraernos

y que de tales problemas

ya nada nos preocupemos,

el poner una querella

al exjefe del gobierno

de Cantabría, el famoso

Don Revilla, "el Anchoero".

—Ansí estarán distraídos

los hispanos, mucho tiempo,

y no pensarán que el Tramp

se apropia de sus dineros,

ni pensarán en los míos,

ni en que tengo el saco lleno.

Y por llamarme chorizo

y por hablar en exceso,

reto al rey de las anchoas

y locuaz dicharachero,

que ni debajo del agua

no se calla ni un momento.

¡Ay, Miguel Angel Anchoa,

que te han perdido el respeto,

solo por darle la lata

de anchoas al Demérito!

¡Ay, Don Juáncar, ay, Don Juáncar,

se te ha visto el plumero!

¡Tanto ir en el Bribón,

metiste otra vez el remo,

igual que con la justicia

doña Marichús Montero,

que dejó la presunción

de inocencia, por los suelos,

hablando, como siempre habla,

con desparpajo y salero.

Total, que entre Marichús

y el citado Rey Demérito

me han dado mucha materia

y está el romance ya hecho.

Gracias, de verdad, a ambos

y al Revilla, el Anchoero,

y al bañador de Leonor,

—la nieta del tal abuelo—

que entre las olas y el Hola

al fin hemos descubierto.

Porque así nos olvidamos,

aunque sea por poco tiempo

de las graves amenazas

de Don Altrán, "el Trilero".

ARCHIVADO EN: Ávila, Aranceles, Cantabria