Está claro que cada uno piensa que está viviendo en la mejor época histórica, sin querer reconocer por ello lo que aciertan en la planta superior. Obviamente convivimos con los que piensan como pesados siempre en el pasado, como decía Mecano, y los ensoñadores que piensan que todos los problemas de la humanidad siempre se resolverán en el futuro, dándonos a entender que los que no solucionan sus problemas en el presente son ellos mismos, y por eso, a ver si el futuro, con un poco de suerte y tecnología, nos lo soluciona todo, lo personal, lo familiar y lo global, una especie de tómbola cósmica.
Una de esas "quimeras" (que no lo es tanto) es la Inteligencia Artificial. Es una herramienta potentísima y foco de las mayores inversiones del planeta. Por ahí está la reforma de Elon Musk para el gobierno norteamericano, y no su altruista eficacia y eficiencia. Sólo pueden competir los chinos (por eso EEUU prohibirá tik tok sin lugar a dudas) y la Unión Europea, pero parece que estamos invitados solo a la lotería de los penaltis. Hay jugadores de grandes posibilidades en este terreno como Corea del Norte, Israel y Rusia ¡Verdad que se les pone la piel de gallina!
La única rienda humana para controlar todo el proceso tiene que ver con un recurrente y viejo invitado a mis artículos. EL criterio. Totalmente distinto de opinión. Opinión tiene todo el mundo y suele ser la respuesta a un estímulo. Uno ve un video y dice si le gusta, si tiene o no razón, o si es o no verdad. El criterio es algo más íntimo y nace de la experiencia, el diálogo con otros, la propia reflexión y es un proceso por lo tanto que no responde al estímulo inmediato de una foto, un like o una llamada a la hora de la siesta para ofrecerte que cambies de operador telefónico.
Por eso les pongo en contexto dos noticas, una que devorará la actualidad y mañana envolverá los virtuales pescados de mañana. Otra más histórica y que no ha conseguido desaparecer de la identidad de España. Estas semanas las "redes" nos enseñaban un video de una superestrella pidiendo dinero para la ayudar a los damnificados en Valencia. Todo un timo realizado con Inteligencia Artificial cada más perfeccionada. El timbre de voz idéntico, los labios, totalmente acompasados, la mirada y la boca totalmente sincronizado. Lo único que no era creíble era el contenido, lo que pedía y la forma en la que se pedía. De nuevo el criterio.
Por eso pienso y así lo expreso en voz alta y baja, que creo que las generaciones que nos precedieron eran más listas en todo el sentido de la palabra. Era muy difícil darles gato por liebre. Convencerles de algo que no fuera verdad, resistiera el paso del tiempo o no tuviera aviesas intenciones. Se amaba y se fiaba dinero al prójimo cercano, no al humano lejano. Por eso tengo tanto respeto al milagro de Clodoveo que funda Francia y al Milagro de Empel de 1585 y que hace de la Inmaculada Concepción nuestra patrona, casi cuatrocientos años antes de que se proclame dogma. Y todo lo vieron, lo oyeron, no existía el entrenamiento en efectos especiales, y ahora inteligencia artificial, ni medios de comunicación, ni campañas publicitarias, ni videos virales, ni fake news. A ellos no les hubiera funcionado y para nosotros sin embargo sí funciona. Nos lo tragamos todo enterito. Y ese es un peligro. No les digo que no se fíen de la inteligencia artificial, que al fin y al cabo es estadística más logaritmo transformado en lenguaje, y que se fíen del Milagro de Empel con toda la protección a España que conlleva. Les ánimo a que bajen la pelota. Como en estos tiempos, que hemos escuchado que la Constitución Española no cambia. Y es al contrario, y lo explican todos los expertos de verdad alejados del tik tok. Tiene tres elementos que la actualizan casi cada semana. Las Leyes Orgánicas que desarrollan los derechos y las libertades de todos, las interpretaciones del Tribunal Constitucional y los Tratados Internacionales de los que llevamos casi 4.000 desde su promulgación. Vamos tiene mecanismos de actualización que ya quisiera para si Android o Apple, pero como éstos nos obligan a mirar al aparato, por eso nos parecen más reales que todos los cambios que vemos y vivimos.