José Ramón García Hernández

Con la misma temperatura

José Ramón García Hernández


Este año seguro cambia el mundo... o no

12/01/2025

Todos tenemos la obligación de estar atento a "los signos de los tiempos", es decir a todas aquellas señales que afectan a lo que nos rodean. No hace falta ponerse estupendo. Esto afecta desde el novio que te empieza a dar largas cambiadas para no quedar, al amigo que "ahora le gusta el fútbol" o al que a los cuarenta años ha decidido que su vocación era la repostería y no la carrera de ingeniero que desarrollaba. Son signos de que hay un cambio seguro que a lo mejor no se produce, pero todo parece indicar, salvo criterio superior de la suegra que se precie, que se avecina marejadilla. Y esto es lo que les quiero compartir en este principio de año. Hay muchos signos evidentes de que el mundo que nos rodea va a cambiar. 
Si la palabra del año pasado para los anglosajones (porque todavía me resisto a utilizar el adjetivo de mi amigo Vicente que les llama anglo…) es el del "brain rot" que es el cerebro humano que, a base de tanta tecnología, pocas lecturas, pocas charlas de cañas o de cafés, pocas discusiones de verdad y no con los cuñados, se atrofia. Es decir, cada vez somos más conocedores del rebaño en el que pastamos porque distinguimos nuestros propios balidos mezclado con los ajenos en una perfecta armonía en la que nadie desentona, porque para eso están las marcas.  Pues este año el mayor cambio lo vamos a ver de la mano de la Inteligencia Artificial y los Chips Evolucionados.  
Como les comentaba a los que llegan al final de mis artículos, tuve la suerte este año de asistir en Estados Unidos a la exposición de este cambio ya preparado para lanzarse. Por eso la simplificación que se hace de lo que va a suponer Elon Musk en el gobierno americano yerra de pleno y no se acerca a tocar la diana. 
Este "nuevo zar" de la reforma, va a utilizar la inteligencia artificial para cambiar procesos, despedir personal, pero, sobre todo, para coleccionar la más ingente, gratuita y fiable base de datos del mundo que es la de la relación de la Administración americana con sus administrados americanos. Eso convertirá a la inteligencia artificial americana en la pionera y líder del mundo. 
Es cierto que los chinos le llevan la delantera sobre los chips avanzados que los americanos todavía no pueden competir, esto es lo que se esconde tras Tik Tok y la multimillonaria empresa que lo posee y es la que produce estos chips.  Pero por esta misma razón, para la reforma de la administración se podrá quedar con el mayor número de GPU producidas por Nvidia en el mundo, esto es los procesadores que necesita la inteligencia artificial. Y Nvidia ya es la mayor empresa del mundo por delante de Apple por si no se lo habían mencionado en valor creciente.
Los otros cambios los ha anticipado el cambio de jugadores y los movimientos telúricos en los liderazgos, las regiones en guerra, y los inestables equilibrios que arrastramos durante años. Por eso este año huele tan fuerte a cambio profundo, no solo superficial, y de nuevo, tenemos que ver dónde nos pilla y si nos pilla preparados o no. Ya se la respuesta tan bien como la conocen ustedes porque están más pendientes de la supercopa que de esto que escribo.
Y la pregunta no menos y que no vendrá el próximo año, es precisamente la platónica de quién controlará la Inteligencia Artificial. A muchos les pasó desapercibido que Biden y Xi-Jian Ping prohibieran el uso de la IA para las armas nucleares, pero el verdadero problema para todos los que "copian" desde trabajos de clase a homilías del Chat GPT, es que va a ocurrir cuando todo lo que diga la IA sea verdad e incuestionable para una generación que no se haya formado en el criterio y no en la opinión. Entonces, y sólo entonces la IA es un problema para todos, porque la voz del disidente, que es el verdadero edificio en el que se ha levantado Occidente desde los griegos a la Ilustración o cualquier revolución del pensamiento, dejará de estar operativa. Como aquella frase de la película "American Democracy" en la que se regaba las plantas con Gatorade porque se recuperaban mejor, aunque se murieran y no precisamente del susto.