Se desbordaron los ríos, que están ofreciendo un espectáculo que hace décadas que no se veía por estos lares, de ahí la expectación que ha levantado la situación entre los abulenses, que en un buen número nos hemos dejado caer por la zona más afectada primero para verlo con nuestros propios ojos, segundo para grabarlo con los móviles y tercero para publicarlo en las redes sociales, que eso siempre gusta. Y se ha inundado la ciudad por donde dice la Confederación Hidrográfica del Duero que se puede inundar, que para eso sus técnicos saben de estas cosas. Con un episodio como este hay que perder toda esperanza de que por esos lugares pueda crecer la ciudad o construirse algo nuevo como, por ejemplo, un campo de fútbol moderno. Ni siquiera remodelar el antiguo. Este temporal habrá venido muy bien para las reservas de agua, para ganar 'likes' en Twitter y para ver un espectáculo natural no muy habitual, pero lo que es para pensar en que hay esperanza de que la ciudad mejore por esa zona, pues no.

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Pues habrá primarias en el PSOE de Ávila, una frase que a más de uno le habrá puesto a temblar sólo de pensar lo que puede pasar en un proceso que evidencia la eterna división de este partido en la provincia, algo que parece no tener solución. El duelo está entre la continuidad de Jesús Caro, desde 2017 como secretario provincial, y la renovación de Carlos Montesino, que quiere dar el salto desde la lejana Candeleda. Desde sus respectivos círculos se asegura que «es el candidato de Ferraz», así es que uno de los dos se lo ha inventado, a no ser que desde Madrid les hayan comentado a los dos lo mismo, lo que no dejaría de ser un engaño. De todas  maneras, no tengo claro en estos procesos qué es lo que es más importante, si tener el apoyo de los 'mayores' o tener el partido en Ávila controlado. Si es lo segundo, creo que Caro tiene ventaja. Si es lo primero, como no sé cuál de los dos es la verdadera apuesta, pues no puedo decir sin Montesino compensa la desventaja o no. Sea como fuere, y sin que me vaya demasiado en ello, que los afiliados elijan bien y que, sobre todo, el PSOE no tenga que lamentar otro capítulo de daños internos tras este proceso.

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Cuentas las crónicas, como se decía antes, que el pasado domingo en el Adolfo Suárez hubo dos hechos lamentables. Del primero y más grave, los gritos racistas contra un jugador rival, ya se ha comentado en las páginas de Deportes de este periódico lo que debería hacer el Real Ávila, y cada día que pasa sin expulsar a los culpables es un día perdido. Del segundo, de los insultos y faltas de respeto que sufrió el entrenador local, Miguel de la Fuente, de su propio público, no deja de ser muy sorprendente y si no fuera porque en el mundo del fútbol nada lo es, inexplicable. Un recién ascendido es tercero a estas alturas de la temporada, y la afición de ese equipo critica a su propio entrenador. A veces perder la perspectiva es lo peor que hay.