José Guillermo Buenadicha Sánchez

De la rabia y de la idea

José Guillermo Buenadicha Sánchez


Preguntas en caliente

15/11/2024

Hubiese valido esta columna hace un año. También dentro de uno o dos, me temo. El tema de la red de calor —ya avisé que tocaría— es atemporal. Y no sé a ustedes, estimados tres lectores, pero a mí me plantea preguntas que paso a compartir.

¿Un proyecto que invertirá en Ávila 50 millones de euros no debiera de ser centro de toda nuestra atención, portada día sí y otro también en prensa, rezumar en boca de políticos?

¡Cuántas tardes de gloria nos ha dado el Plan Industrial de Fomento sin llegar a esa cifra! Pero poca chicha veo con la red de calor; ¿por qué?

¿No es además la mayor alteración de la ciudad en los últimos dos años? Pregunten a allegados y comerciantes si los cortes de calles durante meses y los inconvenientes derivados no les han afectado más que rampas mecánicas, decoraciones navideñas u horarios de casetas.

¿No sería lógico tener en la web municipal un plano de ejecución del proyecto, con fechas del comienzo y fin de obra en cada calle? ¿Cómo sabemos que duran lo acordado y no más, cuándo nos tocará la china, para cuándo reasfaltarán lo dañado? ¿Por qué el Ayuntamiento no lo ha exigido a la empresa? ¿Y si lo ha hecho, por qué no lo publica entonces?

¿No es cada obra —vallas, zanjas, material, excavadoras— un caso de manual de la ordenanza de ocupación de vía pública? Léansela, la octava. ¿No es curioso que su recaudación no se haya incrementado respecto a años anteriores? ¿No es más curioso aun que solo suba —significativamente, sí, según toca— la novena, por prestación de servicios de policía local? ¿Quién, cuándo, cómo se ha decidido por qué conceptos ha de pagar la empresa? ¿A ningún grupo político o medio de comunicación le interesa si se compensa adecuada y legalmente al Ayuntamiento —a nosotros— con las tasas debidas? Podría implicar dinero, mucho, ahora que tan de moda están los acuerdos de presupuestos o las acusaciones de aumento de los impuestos.

¿Son 40 bloques de viviendas tras dos años un nivel razonable de implantación y comercialización de la red? ¿Hablamos de un proyecto viable o solo de algo que se sustentará gracias a apoyos europeos a las energías verdes? ¿Cuántas casas ahorrando el 25% de su factura energética hacen falta para cuadrarlo? ¿Justifica las molestias?

Cerrando: ¿soy raro e insólito —que también— o nadie más se ha planteado todas o algunas de estas preguntas? ¿Si alguien lo hizo, por qué no las he oído? ¿Puede ser que haya una epidemia de lo pacato, un reverencial temor a criticar algo que lleve el sello sostenible o ecologista y miedo a ser tachado de antiabulense ponedor de palos en las ruedas por osar comentar nada sobre los proyectos que afectan a la ciudad? ¿Tiene patente de corso el emperador para ir desnudo?