Sostiene Pereira que, cada día, se sorprende un poco más. El mundo le parece un misterio al que observa perplejo. Porque, ¿cómo no extrañarse que, en tiempos de alta tecnología comunicativa, sea tan complicado tener una cita con algunas Administraciones y empresas de servicios? El cara a cara ya es un lujo. ¿Cómo desentrañar la bronca permanente entre Ayuntamiento, Diputación y Junta de CyL, gobernados por Partidos, ideológicamente, hermanos siameses? ¿Y cómo comprender los grandes beneficios de los bancos, las indecentes primas y jubilaciones de sus directivos, el alto interés de las hipotecas y la nula retribución al dinero de sus ahorradores? Tampoco cuadra que, en Ávila, la cesta de la compra sea tan cara como la de otras provincias que tienen salarios y pensiones mucho mejores. ¿Hay aquí más economía sumergida?
Otra perplejidad es la confusión entre religión y política, propia de otros tiempos. ¿Cómo comprender la asistencia de alcaldes y concejales, ejerciendo de ello, a los actos religiosos ocupando sitios de honor para salir en la tele? ¿Alguien se imagina a estos mismos cargos junto al Pastor evangélico o al Imán musulmán presidiendo sus ritos principales en los salones del Reino o en las mezquitas? En ambas situaciones, se trata de ciudadanos abulenses que viven, trabajan, pagan sus impuestos y tienen sus creencias. En ese aspecto, como en el diferenciar las competencias de los diferentes Gobiernos, municipal, provincial, autonómico o estatal, extraña la escasa educación cívica de las gentes. Campo tienen los Colegios e Institutos así como los políticos para hacer pedagogía. Se evitarían muchas broncas estériles y peligrosos populismos.
Otra costumbre que llama la atención, a poco que uno visite bares, restaurantes y hasta Centros de Salud, es el hablar tan alto de los españoles. Hasta León Felipe, el poeta que fue farmacéutico por el Valle del Tiétar, escribió sobre ello. Lo tituló Por qué habla tan alto el español. ¿Y cómo no entristecerse al ver el centro de la capital y de algunos pueblos grandes, convertido en un museo para turistas en el que cierran comercios de toda la vida y muchas casas cuelgan el letrero VuT (Vivienda de uso Turístico). Eso encarece el alquiler para estudiantes y trabajadores, que buscan y no encuentran casa asequible. ¿Para cuándo un Plan Integral de Rehabilitación para crear puestos de trabajo, dar vida a los 'cascos históricos' todos los días de la semana y mejorar su estética? ¿Y para cuándo una Tasa Turística que colabore impositivamente a los gastos que produce?
En los servicios públicos, también abundan las perplejidades. ¿Cómo soportar las largas listas de espera para acudir a los especialistas o a una cirugía mientras derivan cada día más pacientes a la sanidad privada a pesar de las 'peonadas'? Esta situación no es algo excepcional, dada su permanencia y antigüedad, sino una carencia estructural porque faltan sanitarios e infraestructuras. ¿Acaso, la Junta de CyL quiere favorecer lo privado frente a lo público? Los pacientes del Tiétar lo tienen peor. ¿Para cuándo un buen Concierto con Talavera y Madrid? Algo parecido pasa con las Residencias de Mayores. La inmensa mayoría son privadas con algunas plazas concertadas. La única pública, la de Ávila capital, según un procurador del PP, no reúne las condiciones que exige Europa y la futura, al ritmo que imprimen los Presupuestos actuales de CyL, va 'pa' largo. En cuanto a Educación, ¿para cuándo una Educación Afectiva regulada y profesional en los Colegios en vez de ¿aprenderla? por la pornografía en internet?
En fin, causa perplejidad el crecimiento de negacionistas, creyentes en horóscopos, telepredicadores, medicina alternativa, haters (odiadores), influencers (influidores), gurús, pensamiento positivo... Se desconfía de la ciencia y de la Democracia para creer en populistas de soluciones milagrosas, miedos y confusión. Así, llegan las dictaduras.