José Ramón García Hernández

Con la misma temperatura

José Ramón García Hernández


Tanto monta, monta tanto

17/11/2024

Algunos incautos aficionados a las telenovelas y al romanticismo mitómano piensan que este adagio se lo inventaron los Reyes Católicos y que vendría a constituir más o menos, la perfecta síntesis de un armonioso matrimonio y además político. ¡Nada más lejos de la realidad! Antes en la historia ya había acontecido lo mismo y se inspiraron en otro ejemplo que goza de nuevo de "su más rabiosa actualidad". 
Alejandro Magno se encontró enfrente de un problema irresoluble que había llevado a la elaboración más pertinaz de filósofos, intelectuales, influencers y tertulianos de la época. El problema del nudo gordiano. Ya saben, Gorgias fue rey contra todo pronóstico y contra todos los elementos. Era pobre y solo podía ofrecer sus bueyes para arar, no obstante, consiguió atar un nudo imposible y con múltiples cuerdas y lanzas y con dos recompensas inmediatas que acompañan desde siempre a todo dilema social: el nudo sólo se podía desatar con un movimiento perfecto (metáfora del conocimiento) y el que lo consiguiese, sería rey de Frigia (metáfora del poder). El nombre del reino que se las trae da para un gorro y algo más.  Por eso todo rey en la antigüedad mítica, que ya saben se parece mucho a la "más rabiosa actualidad", intentaba tirar de un extremo de la cuerda y así volverse rey por la vía rápida de la lotería, sin campaña, ni primarias, ni nada que se le parezca.  Llegó Alejandro, que el mismo eligió su "mote" lo cual habla de la dimensión de su ego y se llamó Magno (el más grande). Y en vez del conocimiento, porque venía de la prestigiosa Universidad Aristóteles que con sólo nombrarla ya te tiemblan las canillas al estilo Harvard, sacó la espada y cortó el nudo consiguiendo el poder.  
Y esta es el paralelismo que tomó prestado Fernando el Católico cuando nadie daba un duro ni por el ni por Isabel, pero mejoraron la solución. "Tanto monta, monta tanto", da igual el conocimiento o el poder para resolver situaciones extremas, pero había que crear el primer estado moderno de la historia y por eso España existe desde mucho antes que otros estados en el mundo aunque para los del "minuet, touché" citan a Federico II y lo que hizo en Sicilia, que también se eligió el mote de "asombro del mundo". La humildad aparece siempre huérfana. 
Y así estamos, porque en todo momento de crisis crítica, de las de verdad, de las larvadas durante mucho tiempo, de las que de nuevo enseñan un binomio importantísimo:  primero por la inadecuación con la legitimidad de quienes tienen que operar soluciones, leer su momento político sin ayudas de manuales de autoayuda o tomando prestado ideas de otros. Y segundo porque han conseguido romper y cuartear en mil trozos pequeños como un particular espejo de siete años de mala suerte a la comunidad política, a la nación, al pueblo o como usted quiera llamarlo. En estos momentos siempre aparecen unos "cortanudos profesionales". En unos lares son personajes, y en otros es el pueblo, la nación o la comunidad política.  Es verdad que cada uno tiene sus problemas. A los líderes como Julio César se le pegan siempre los Craso de turno, que eran el hombre más rico de su tiempo (también viejo como la tos), y se fueron a Persia, hoy Irán, y perdieron todo y todavía no se ha encontrado el Águila dorada de sus legiones. 
 A los del pueblo, puede que sea sólo un alarido lo que han proferido, por eso los inteligentes distinguen entre hecho o acontecimiento. Para mí, como para millones de españoles, ver a todos esos paisanos valencianos por mi matrimonio, caminar por el" puente de la solidaridad", sin diferencia de edad, condición, y para ayudar en el vacío generado por los torrentes asesinos de la DANA, tiene mucho de acontecimiento para despertar a una generación y a una nación, pueblo o comunidad, y por eso seguro que les cuento mucho más de esto, porque cuando uno se despierta solo puede reconocer como ha comenzado el día, no donde acabará. Mis oraciones más sentidas por todos aquellos cuya pérdida es inconsolable. En eso cuentan con toda Avila y España. Y un abrazo enorme para el John Wayne abulense que está mirando a las estrellas del cielo.