Después de un fin de semana intenso en el que casi seiscientas personas procedentes del municipio valenciano de Carcaixent «regalaron» a los abulenses «una explosión de júbilo» gracias a la exhibición de sus fiestas y tradiciones más arraigadas, este lunes era el momento de la despedida. El alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto, les emplazó en el Centro de Recepción de Visitantes, donde agradeció su presencia en la ciudad y subrayó «el esfuerzo» realizado por la Junta Local Fallera y por el Ayuntamiento de Carcaixent  para que la capital abulense acogiera la esencia de la fiesta valenciana. Precisamente por el buen resultado de un fin de semana en el que ha podido verse una falla junto a la Muralla, se ha escuchado el sonido de los petardos en pleno corazón de Ávila y los bellísimos trajes regionales de la comunidad levantina han inundado de color y alegría el casco histórico abulense, el regidor confesaba que la despedida era «un hasta luego» porque «lo que hemos hecho ha sido abrir una puerta para que en el futuro podamos trabajar juntos», dijo. De hecho, adelantó la posibilidad «de iniciar los pasos para buscar algún tipo de hermanamiento entre las dos localidades porque tanta amistad, colaboración y coordinación no puede quedar en terreno baldío, sino que tiene que dar más fruto».

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