Paco Umbral, Raúl del Pozo, Manuel Vicent, David Gistau… Cuando Pablo, director de Diario, me ofreció la posibilidad de llevar mi columna semanal a la contraportada, acudieron a mi mente tantos años comenzando la prensa por la última página. Los grandes articulistas habitaron en la contra, una forma de entender el mundo antes que una página. Y no me engaño, sé que no he llegado aquí por mis méritos, sino para ser contra: el contrapunto de mi torpe pluma frente a la brillantez de los demás columnistas que aquí podrán leer. El contraste, ya saben, Pablo no da puntadas sin hilo.
Ávila es una ciudad a contracorriente. Cuando otros progresan, nosotros nos estancamos. Cuando otros crecen, nos mantenemos en una cómoda meseta vegetativa previa al declive. Cuando otros se comunican, nosotros nos aislamos —nos aíslan, según el victimismo buscando excusas fuera — en este cómodo remedo de medievo. Y si alguna vez optamos por venirnos arriba e ir en tromba a la portería contraria, nos fulminan con un buen contrataque, como el Madrid al Barça en Arabia Saudí. Es una postura contraproducente, pero enarbolada con orgullo abulensista bien alto, que no falte.
Otro ejemplo: esta semana la Diputación ha concedido el primer Premio de las Letras Jiménez Lozano al dramaturgo Juan Mayorga. Que ostenta entre otros el Premio Nacional de Teatro, varios Max, el Teresa de las Letras, es sillón M de la RAE, Premio Princesa de Asturias y premio de la Asociación La Sombra del Ciprés. No creo, estimados tres lectores, necesario contarles cuál de todos ellos es más relevante, claro. Un escritor a la contra, puesto que profundiza con su teatro en las contradicciones del ser humano. Y una persona a la contra, a contraluz de los focos por su humildad auténtica, inusual, que incluso asusta en estos días de altanería y autobombo. Pero en el acto de entrega no había representación institucional del ayuntamiento de nuestra ciudad, que en su día también lo premió. No sé a quién se ha debido esta ausencia, quizás fueron contratiempos. Pero me da que tiene que ver con lo de siempre: unos y otros, a la contra.