Enrique Fernández Dégano

El rincón del Tiétar

Enrique Fernández Dégano


Destellos de otoño y aceitunas

04/12/2024

El otoño en el valle es sinónimo de languidez, de caída de las hojas que amarillean con color de oro viejo y alfombran las laderas y senderos de estos parajes, intercalado de otras tonalidades; de desnudez de la naturaleza; de belleza áurea, rojiza, fugaz y deshojada; reino de las hadas del otoño. Eterna metáfora de la caducidad de lo terrenal, que tan bien expresó el género barroco de la "vanitas". Jornadas de visitas a los camposantos engalanados de flores; recogida de castañas, calbotadas o "moragás", dulces divinos y licores de "gloria" o rosoli que endulzan el transcurrir de la vida en las calendas de noviembre; junto al recuerdo de los seres queridos y de la muerte, "memento mori", que evocan los cementerios.
Para dar paso a rutas guiadas de senderismo, concentraciones ecuestres, jornadas micológicas y a la recogida de las aceitunas, de las que después extraer el oro líquido que, en la actualidad, es el producto estrella de estos lares, el aceite de oliva virgen extra, que aspira a obtener el reconocimiento de Denominación de Origen Protegida (DOP), incluyendo a varias localidades de la comarca. 
Los olivares cobran vida con la presencia de los aceituneros, que, cargados con mallas y varas tradicionales o modernas vareadoras mecanizadas, sacuden los olivos -por lo general más rebajados que antaño- para así desprender las aceitunas de vuelo, directamente y garantizar una mejor calidad del producto. Aparte de otros enseres necesarios para estos menesteres.
Antaño, se recogían también, manualmente, las aceitunas del suelo y las "descarriadas" (las que quedaban sueltas); en días de trabajo duro, gélidos e invernales, pues la campaña era más tardía, aunque el producto final del aceite distaba mucho de los parámetros de calidad que se alcanzan en la actualidad. Jornadas familiares, de cuadrillas, de relaciones sociales, de calentarse en torno a las hogueras, compartiendo asado de chuletas y otras viandas, acompañadas de vino de pitarra. Hoy, todo se ha adelantado; siendo las distintas variedades: carrasqueñas, albares, cornatilleras, manzanilla etc., las que proporcionan, junto al trabajo bien realizado, ese producto de calidad y sabor exquisito que es el aceite del sur de la provincia. La variedad de las "aceitunas de agua", otrora muy demandada, que se cogía a mano, directamente del árbol, para su preparación en salmuera, ha decaído, debido a su no comercialización en la actualidad y a que esta variedad madura y cae muy pronto al suelo.
La actividad está tan arraigada, que es una de las tareas agrícolas propias de la comarca; habiendo trascendido, por su importancia, al folclore: "Apañando aceitunas, se hacen las bodas y el que no va a aceitunas no se enamora". Reza la copla popular.
Ya en el último mes del año, el calendario continúa imparable, con la celebración del Día de la Constitución Española y la festividad de la Inmaculada. Fechas concurridas, preludio de las fiestas navideñas.