David Ferrer

Club Diógenes

David Ferrer


Vivat Academia

04/12/2024

Tiene Ávila una relación difícil con la universidad. De siempre. Se recuerda a veces la presencia de Jovellanos en la ciudad en aquella desaparecida Universidad de Santo Tomás. Un estudio más bien pero que existió y quedó como anécdota histórica curiosa. En realidad, el tamaño de la ciudad y la cercanía relativa a Salamanca, Madrid o Valladolid hicieron que en las diferentes épocas el tren de la universidad pasara de largo por aquí. Es una metáfora. Del tren verdadero mejor no hablamos. Otro día contaré mis cuitas con el ferrocarril.
De universidades hablemos. Vivas y muertas. Si hacemos memoria, así por encima, es preciso recordar el peso que han tenido siempre en Ávila los estudios de lo que entonces se llamaba Magisterio. También los años que estuvo Medicina. Hay quien recuerda incluso los cuerpos donados a la ciencia en una morgue en lo que hoy es un servicio de empleo. Muertos bien muertos y muertos en vida. Hubo años de esplendor de la UNED, fundamentalmente los ochenta y los noventa. Hubo dudas, dimes y diretes, hasta fraudes, como aquel proyecto que le quisieron colar a un alcalde en forma de universidad iberoamericana (la hemeroteca lo cuenta). Más muertos. Llegó después el CITES, llamada universidad de la Mística; fue abriendo Salamanca algunos nuevos estudios (de Turismo a Enfermería, de ingenierías a nuevos grados. Y queda ese precioso edificio de estilo brutalista que es la Escuela Politécnica. Bello pero mortecino. Y luego está, por supuesto, la Universidad Católica, que ha propiciado que la calle Canteros, antes ruta del cementerio, sea un ir y venir de gente joven. Algunos van muertos de sueño más bien.
Y hay proyectos muertos en vida. Si en lo general, el rectorado de Corchado en la Universidad de Salamanca no ha empezado con buen pie (una campaña en su contra se dirime en algunos medios y mentideros), y se le ha puesto cara fúnebre, tampoco ha sido muy claro en lo que se refiere a Ávila. Llegó a la ciudad, alzó la testa y la voz y anunció a los cuatro vientos nuevos y prometedores estudios para Ávila. Como un grado en Ciencias de la Actividad Física. Yo ya estaba entrenando, matándome en la cinta de correr y cogiendo pesas para celebrar con alborozo tal llegada. Me ha durado la fiesta y el entreno un par de días. La consejera de Educación puso el freno a la bicicleta y desmintió al rector. Mató al ganso antes de que tuviera plumas. No tenemos suerte. Aquí todo se muere o nos lo matan.