Punto 1. En una democracia constitucional, Social y Democrática de Derecho, por el camino de la convivencia que se debe seguir, iluminados: con la seguridad que proporciona el espíritu de lealtad con la soberanía nacional de los ciudadanos; con las reglas de la Constitución por encima de los intereses de partido que puedan dar lugar a lecturas distintas de las reglas del consenso constituyente, tal y como que la soberanía nacional dispone y se recogen por la Constitución en la confluencia de las sumas de opciones políticas de la Nación. Si se debilita el compromiso político y social con las reglas de la nación obrando democráticamente, se nos debilita la fuerza constitucional de la soberanía y se da una lectura distinta a la Constitución; como se estudia en las primeras lecciones de Derecho Constitucional, por aprender y a repasar en el manual de la acción política: para no desamparar la legalidad constitucional que nos garantiza el cumplimiento de las reglas de la representación parlamentaria; así debe serlo conforme a la Constitución.
Punto 2. Tenemos un interés colectivo reconocido en nuestra ley de leyes, desde la primera página de nuestro manual de la convivencia que es saber lo que dispone nuestra decisión política y social: La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado (Art. 1.2); con este punto que muy claro que la soberanía nacional es una e indivisible e del pueblo español, es un principio de la legitimidad democrática del mismo pueblo titular del poder constituyente: españoles en el mundo real.
Punto 3. La decisión constituyente de la vida social y la acción política no debe alterar el libro constitucional, ni dar lectura contraria a la constitucionalización del poder constituyente de la Nación española. La vida en paz bajo la protección constitucional se ilumina por el sentido común: los intereses colectivos soberanos están por encima de intereses políticos excluyentes, que hemos decidido proteger y tener para trabajar en el taller de cada día por hacer una sociedad de todos para todos, al amparo de nuestra constitución y defender que la soberanía de la nación es una «auténtica norma jurídica», nuestra, en un mundo real y entre las naciones democráticas de nuestra cultura.
Punto 4. Para todos los públicos: el pacto constituyente activa el sentido común y sigue alumbrando la realidad constituyente cada día como debe ser, con la soberanía nacional y convivencia en paz no hay tonterías, ni chorradas, ni gaitas; la experiencia es un grado en esta vida de ambiciones de algunos que aunque el papel lo aguante casi todo ya nos entendemos en estos enredos políticos de novelas que no faltarán.
Como punto 5. El Estado de Derecho sigue sumando luces para evitar tropezones, mantiene la fuerza del principio de legalidad constitucional y en nuestro "Estado de las Autonomías, y así debe serlo; así lo reconoce el compromiso social y político: a) de la mayoría de toda la ciudadanía española (se contaron todos los votos) aprobando la Constitución: b) la acción política tiene que repasar las reglas democráticas y repasar que: la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación Española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas. No hay que jorobar las reglas de la representación de la Nación, ni jeringar desde dentro ni desde fuera nuestro compromiso por la paz y convivencia e historia común y sin borrado del mismo y común patrimonio nacional, que hay que fastidiarse.
Como punto 6, el principio de legalidad y el Estado de Derecho son básicos en el consenso constituyente inicial y hasta la noche de cada día; la acción política consecuente debe obrar de acuerdo con los principios constitucionales y se sabe; congruente, conforme con la Constitución española, con los valores fundamentales y superiores y es propiedad del pueblo en Nación, sin necesidad de opositores del turno de no a la Nación, que andamos sobrados de historias ya superando lecturas extrañas a la participación democráticas de todos los ciudadanos con Ley de leyes que a todos cobija y protege, fundamental, que funciona tan bien constitucionalizando el pluralismo político y sus cosas, pero mucho más que muy bien: dispone derechos, libertades y hasta deberes: a) constitucionales; b)para estudiar y aprender por las cabezas y cerebros de la acción política y que nos representan y mantiene la Nación. ¡Ea!