José Ignacio Dávila

Pensando

José Ignacio Dávila


Crónicas de casa 2

26/01/2024

En nuestra Casa Nacional, en nuestra Constitución aprobada por ciudadanía mayoritaria, hemos decidido, para heredad nacional, social y política, en el BOE (desde el 29/12/1978), que los valores superiores de nuestro Estado lo son de la Nación española: 1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado. 3. La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.
Así, con la Soberanía en propiedad en casa común de toda la nación no se juguetea, ni es exclusiva de ningún poder político de turno, sino de todos para todos en la Nación española en pacto constituyente. La lealtad política debe tener presente la defensa de la nación, el principio de Legalidad y del Estado de Derecho, con la cabeza política bien colocada ante estos principios básicos; cono tener las luces necesarias para seguir caminando con seguridad en la Casa común de la soberanía nacional, con la enseñanza de tan plural y rica historia, juntos con las naciones de nuestra cultura política y occidental. Es un patrimonio soberano español constitucional ganado en conquista democrática, en suma del compromiso constituyente por defender nuestra nación; y tener presente que por encima de los peligrosos juegos del poder, están la voluntad constituyente y la ley aprobada en mayoría inolvidable, que proclama que. la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles. Esta es decisión de la voluntad constitucional de la Nación española, por si algunos paseantes en política tienen no solo interés por cobrar dineuros representativos, sino también ser consecuentes y no desconocer nuestra historia y forja de la Nación y actuar siempre bajo la luz constitucional, respeto de nuestra decisión generacional y presencia en el compromiso por la convivencia y paz gracias a la Constitución.
Son momentos para tener siempre presente el compromiso con nuestra Constitución, tal y como es nuestra presencia real y actual y por encima de chorradas excluyentes contra la convivencia de la Nación española, que deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de: Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo. ¡EA!, y no andar con cabezadas, ni darse de cabezadas, contra nuestra soberanía. ¡Anda que no tenemos ya generaciones estudiosas de nuestras leyes,! con sabia doctrina de nuestra ley fundamental y sin olvidar su defensa y mejorarla siempre, para superar las fases revolucionarias de manual, que nunca faltan con su legislación en instrumento transformador de las estructuras sociales, políticas y económicas, con lo que nuestro Estado democrático, nuestra propiedad en soberanía, se nos puede debilitar desde dentro de nuestra casa. 
Tenemos el compromiso constituyente por el consenso político en la convivencia de nuestra Casa representativa y común de todas las opciones políticas. Así, en la acción política encuentra acogida en nuestra gran casa de la Constitución la representación política de nuestro Estado Social y Democrático de Derecho, en la Nación española, en crónicas desde 1978 en las etapas representativas que van dejando escritas las experiencias del gran Estado que tenemos en casa y Nación grande entre las naciones de nuestra cultura política occidental.