Sara Escudero

Desde la muralla

Sara Escudero


Siempre he querido volar en primera

16/04/2024

Siempre he querido volar en primera. Entrar la primera en el avión o que me sirvan una comida especial. También he querido siempre levantar la mano cuando pidieran un médico. Afortunadamente para el público asistente, nunca he hecho lo segundo y tampoco creo que se cumpla lo primero.
¡Siempre ha habido clases! Un gran dicho popular que me repito una y otra vez, cuando al coger cualquier entrada, billete o abono, tienes que elegir la clase que te corresponde y te devuelve al lugar donde los aires de grandeza te posicionan a tu minuto y resultado. Eso sí, como el médico viaje en segunda, lo pasan a primera para ayudar. Y luego al punto de partida. ¡Qué miseria!
¡Oiga usted, que todavía hay clases! Y ni que lo diga, señora. Los hay que tienen la VISA oro o los que tenemos la tarjeta normal, que encima tiene comisión. Porque, a fin de cuentas, tienes que pagar por un servicio que los ricos que gastan más, no tienen.  Y luego están las otras visas, las de visados oro, plata y bronce. Los que llegan en avión o hacen crucero en cayuco.
Visados especiales también, para los que migran, pero con dinero. Para los que compran y ya lo demás da igual. Porque de los pobres, decimos que hacen gasto a la Seguridad Social, como si los ricos no se pusieran enfermos o no necesitaran un servicio público para tramitar su licencia de obra. Pero oye, que son familias de bien. Así que, hasta ahora, les hemos dado residencia, casa y si te descuidas hasta descuento en el coche. Y con el ahorro ofrecido, ya pueden contratar sin papeles a una persona que trabaje en la limpieza del hogar, el cuidado de sus mayores 24 horas al día o recogiendo la fruta de sol a sol. Unos se irán a su país de origen donde realmente cotizan y dejan su IRPF. Los otros, seguirán levantado un sistema que realmente los ignora, aun sabiendo que están. Porque son los del visado golden los que los han contratado. Puede que sea dinero de "blanqueo" pero la delincuencia no está en los ricos y poderosos (aunque las noticias últimamente no parece dejarlos en buen lugar).
Unos volarán en primera. Otros se irán a la primera. Y así han sido y son las normas del juego. Quizá ahora empecemos a darnos cuenta que, la migración, no se puede medir por tu saldo. Sino por la norma. Y que las normas, como las leyes, son reglas iguales para todas las personas. Tanto si compras, como si pagas. Si vuelas en primera o te sientas en la última fila del concierto. 
Siempre hubo gente con clase y clases de gentes. Así que me quedo con las gentes con clase y las otras clases de gente. Las que de primera o de segunda son personas por encima de todo. ¡Qué lastima me da que todo se valore por la marca, por la apariencia, por el gasto! Todo son los dígitos de tu cuenta corriente o lo que finges que tienes, aunque esté lejos de la realidad. Siempre hubo clases de gente, y espero que "gente" primen sobre las "clases". Y que los visados no sean una categoría, sino algo merecido, que corresponde por derecho, no por hecho.
Al final de todas las cuentas, los sumatorios nos valorarán por lo que fuimos, y no por lo que tuvimos. Los beneficios serán netos en el alma. Los saldos serán positivos en amor.
Fdo: la de segunda en el avión, migrante ahora, de primera.