Sara Escudero

Desde la muralla

Sara Escudero


Lo que el fútbol ha unido...

25/06/2024

¡Pues que no lo separe el hombre! Tiempo de Eurocopa, de camisetas, banderas y momentos compartidos. Tiempo de sentarnos frente a la tele con amigos y familia. Y si tienes suerte y has pagado una cantidad ingente, de verlo en directo en un estadio lleno de fans. Tiempo de futbol o de más futbol, porque la temporada de algunos deportes, solo duran un poco más.
El caso es que es tiempo de sacar los seleccionadores que llevamos dentro, de opinar sobre cambios, de comentar las jugadas y de tener un tema de conversación de interés público y mayoritario, que no generalizado. Lo que el futbol ha unido, que no lo separe nadie. La fiesta, que en estos días de junio bien podria comenzar con la canción de Serrat «Gloria a Dios en las alturas, recogieron las basuras de mi calle, ayer a oscuras y hoy sembrada de bombillas».
Pero entre partido y partido, hay otras noticias que no cesan ni por la llegada de la Eurocopa. ¡Qué osadas! Y, encuentras un crucero que, en su camino a conquistar Tenerife, recoge un cayuco con sesenta y cuatro personas migrantes, testigos del fallecimiento de otras cuatro personas, que no lograron su sueño, y otras dos que se quedaron el cementerio llamado Océano. «En la noche de San Juan, cómo comparten su pan, su mujer y su gabán, gentes de cien mil raleas».
Quién sabe si entre los sesenta y cuatro supervivientes no tenemos supervivientes futbolistas, saltadores de triple salto o maratonianos. Quién puede saber si entre los que han llegado al otro lado del charco, no tenemos un superviviente médico, juez o investigador de la próxima vacuna del ébola. Quién sabe si una de esas sesenta y cuatro personas no será la que cuide de tus mayores en los próximos años, colecte la fresa que nos tomaremos la primavera que viene o regente el bar de tu pueblo que ya lleva años cerrado. Quién sabe si entre los fallecidos no hubiera madres, padres, hijos, amigos... Quién sabe si lo que no pudo ser, se quedó en el sueño de lograrlo. 
Un «Titanic» de clases sociales en el año 2024, y muchos de los que quedarán por venir. Con alfombras rojas para anunciar la llegada, barra libre de emociones y catering para digerir la realidad social que no queremos ver. Otro «Titanic», que 112 años después, sigue hablando de categorías, de discotecas, de zonas VIP, clases y estilo.
Un «Titanic», el crucero Insignia que, seguro retrasmitió el partido el pasado jueves para celebrar una victoria capitaneada por el hijo de un cayuco que, con sus rastas y su acento vasco, abre la mente y disipa otros miedos. Ya ves, lo que es la vida. El mejor jugador del partido España-Italia, sabrá bien de lo que hablo. Porque al terminar el partido vuelve el pobre a su pobreza, Vuelve el rico a su riqueza, el señor cura a sus misas. Y el resto a recoger las miserias.
Se acabó. El Sol nos dice que llegó el final. Por una noche se olvidó que cada uno es cada cual. Que lo que futbol ha unido, no lo separe el hombre.  Que lo que un crucero de lujo ha recogido, no lo olvide nadie.