Los abulenses llevamos ya cerca de veintisiete años esperando que se acaben las obras en el palacio de Los Águila, que, en un principio, iba a ser una sucursal del Museo del Prado. Lo anunció la entonces ministra de Cultura, Esperanza Aguirre, con la consiguiente alegría para todos por el bien que haría esa extensión de la mayor pinacoteca española, ya que aumentaría el número de turistas, de todas las partes del mundo, que se acercarían a Ávila, para contemplar las distintas obras que El Prado colgaría en el que fuera palacio de la Duquesa de Valencia. Ello, por supuesto, sería positivo para la economía de la Ciudad amurallada pues, sobre todo, restauración y hostelería verían como aumentaba el número de clientes, que degustarían sus menús y también las pernoctaciones.
Ese proyecto inicial, de hace veintisiete años, ha sufrido diversos parones y ha vivido, escondido en los cajones de algún despacho del Ministerio de Cultura, muchos meses, en diferentes ocasiones, debido a los distintos cambios de Gobierno y a los criterios de quien, en cada momento, estaba al frente de dicho Ministerio. No olvidamos las visitas de ministros y políticos, tanto del PP como del PSOE, en las campañas electorales poniéndonos de nuevo el "caramelo en la boca", para acallarnos. Incluso en sus visitas hasta alguno de ellos daba fecha de su inauguración e incluso la exposición que iba a colgarse en la apertura de las rehabilitadas dependencias del palacio de Los Águila.
El tiempo pasa, las obras de adaptación continúan y seguirán unos dos años más, según manifestó el viernes de la pasada semana el secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí, quien visitó el que fuera palacio de la Duquesa de Valencia y manifestó se habían invertido más de ocho millones en la primera fase y ahora comenzará la segunda, restaurar el edificio de las caballerizas, con una inversión de cuatro millones de euros, donde se ubicarán los talleres didácticos y la sala de exposiciones temporal, lo que llaman Prado extendido.
Una solución con la que la Junta de Castilla y León no está de acuerdo y pide se haga lo pactado, pero sin firmarlo por el adelanto electoral en 2023, entre el presidente Alfonso Fernández Mañueco y el entonces ministro de Cultura, Miguel Iceta, que era esbozar un convenio para la llegada del Prado a Ávila a través de un proyecto "singular, de atracción turística y con obras de primer nivel".
La Junta pide ahora se firme ese convenio con Cultura, a ver si encuentran en qué cajón está, para recuperar una idea diferente a la anunciada la semana pasada por el secretario de Estado de un Prado extendido, que quizás no sea la definitiva, ya que está pendiente una tercera fase, para la nueva exposición del Museo de Ávila, que, al parecer, se trasladará al Palacio de Los Águila.
Se cumplirán treinta años, si acaban en plazo las últimas las obras que faltan, en los que, a pesar de las buenas promesas sin cumplir de unos y otros, los abulenses padecemos una larga tomadura de pelo.