La semana pasada una espectadora comentaba en un foro que no había ido a ver "Emilia Pérez" al Cine club que organizo junto a los Cines Bulevar de Ávila porque había leído a cinéfilos que la película no era buena. De entre todos los sentimientos que me provocó lo que leí, me quedo con el de rabia. Rabia básicamente porque se había perdido la que es, sin duda, una de las películas del año a escala mundial; y rabia también porque nunca he concebido que la opinión de un crítico tenga que dirigir la vida de las personas.
Desde que empecé a escribir sobre cine, y tras cientos de críticas escritas y otras tantas entrevistas a profesionales de la industria, tengo algo claro: ni la crítica ni los cinéfilos son voces autorizadas para decir a nadie si tiene o no que acudir a una sala de cine. Porque el cine, como cualquier otra expresión artística, nos despierta diferentes sensaciones según sea nuestro estado de ánimo y porque la percepción del cine también está en línea con la vida que cada persona está explorando en cada momento. Con esto quiero decir que hay que ver cine, y solo después, y si es menester, consultar con los cinéfilos o con los críticos para compartir, comparar y descubrir esos nuevos matices que pueden enriquecernos el visionado y la experiencia. Y si toca, revisitar la película para disfrutarla a un nuevo nivel. ¿Se imaginan ustedes que alguien les dijese la música que tienen que escuchar y la que no tienen que escuchar? Pues eso...
Si antes de ir a ver "Kraven The Hunter" uno consulta las críticas que se han escrito sobre ella, pasar un fin de semana con tus suegros con el divorcio recién anunciado podría revelarse como un plan sin fisuras. Es cierto que no invita mucho tener el dudoso honor de ser la película con la que Sony Pictures pone punto y final a su Spider-verso, una suerte de universo cinematográfico habitado por "Venom", "Morbius" y "Madame Web". Ni lo hace tampoco que la película lleve 2 años de retraso en su estreno en los que se la ha metido mano por todos lados. Pero también es cierto que ni es tan mala como se pinta ni es el desastre argumental que se denuncia. Hemos visto cosas mucho peores, y bastante más aburridas.
J.C. Chandor, que otrora dirigió películas tan interesantes como "Margin Call" o "El año más violento", firma esta nueva entrega del universo #SpidermanSinSpiderman y confía en Aaron Taylor - Johnson para encarnar a uno de los enemigos más emblemáticos del hombre araña en los cómics, un joven heredero que tras un traumático episodio se convierte en una especie de guarda forestal hipervitaminado que les lee la cartilla a todos los cazadores furtivos que encuentra a su paso (ya quisiéremos, especialmente ellas, uno así en Gredos). Y aunque el conjunto no aporta nada nuevo ni pasará a la historia del género, sí resulta bastante entretenido y sus escenas de acción están bien filmadas, que no es baladí porque no se la pide mucho más. Un pasatiempo eficaz para los que no buscamos un nuevo Caballero oscuro.