Mariano de la Puente

Percepciones

Mariano de la Puente


Serenos ante el peligro

29/09/2024

Escribía Jonathan Swift: "Cuando aparece un genio en el mundo le distingue el siguiente signo, todos los necios se conjuran contra él". ¿Qué habría escrito si apareciera un necio? ¿Toda la humanidad se habría conjurado contra él? Estaría justificado, porque ese necio se aliaría, si tuviera  la oportunidad y vence de cualquier manera, con el grupo de orcos que pretende destruir el mundo y gobernar a su antojo. Ese grupo de altaneros lo componen Putin, Xi, Netanyahu, Kim Jong-Un, al que se ha unido Maduro. ¡Vamos, demócratas de toda la vida!

Sabemos que hay más, tantos como democracias bukelianas. De contarlos no acabaríamos pero no hay espacio. Ahí los políticos, luego están los poderosos adinerados, ese 1% más rico que posee más riqueza que el 95% de la población mundial. Obsceno, indecente y muy peligroso.

En algún caso dioses de estos nuevos templos como es Elon Musk y otros propietarios de los gigantes tecnológicos.

Observo confortado que muchos coincidimos en el fondo de nuestros comentarios escritos o de palabra. Quiero pensar que hay una especie de conciencia colectiva coincidente en muchos aspectos y preocupada. No es borreguismo gregario, es responsabilidad.

Escribíamos, a principios de 2024, que sería un año especial. La mitad de la población mundial sería llamada a las urnas y hemos comprobado lo acaecido en la Unión Europea, los avances de la ultraderecha y los populismos más burdos en Alemania y en Italia. En Asia, con Modi y su India, un gobierno marcado por la política religiosa. En Latinoamérica persiste un Maduro irredento y ridículo, si no fuera por los muertos y detenidos; el venezolano y sus compinches insisten y, tras el informe de la ONU, Diosdado Cabello, un segundón peligroso, persiste en sus trece y desmiente la realidad. El verano ha sido caliente.

El año no ha finalizado. Estados Unidos escribirá el epílogo que, como en las novelas de misterio, los lectores, en este caso el resto del mundo, ignoramos cómo finalizará el relato, de momento inspira desconfianza.

¿Hay esperanza ante las elecciones en EE.UU.? Los trumpistas sacaron las trompetas, pero devinieron en fanfarrias cuando un anciano, Biden, dejó la carrera. Chasco. Andan un poco desafinados, pues ahora solo queda el otro anciano, él, un gruñón falsario y peligroso enredado en la justicia, pero ¡oh sorpresa!, el Tribunal Supremo de EE. UU. le dio amplia inmunidad temporal por sus fechorías como presidente. Eso aquí sería la guerra.

El genio de las finanzas inmobiliarias se enfrenta a la candidata demócrata: Mujer, negra, de ascendencia india, abogada y fiscal, y vicepresidenta que podría convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos. En el último y único debate Kamala Harris apuntó maneras. ¿Es posible mayor afrenta para un tipo como él? Los republicanos iniciaron la batalla al modo populista que conocemos, insultos y mentiras.

Si pierden, ¿denunciarán manipulación? ¿Tampoco gobiernan porque no quieren? ¡Ja! Acusarán a todo el mundo de su desgracia, ya sé sabe, si me equivoco la culpa es tuya; es el trastorno victimista que se nutre de resentimiento y alimenta la megalomanía.  A beneficio de inventario, si la Reserva Federal recorta tipos en otoño, habrá ayudado a la demócrata; sabemos que la bajada será necesaria, como escribió y razonó Paul Krugman en agosto, pero llorarán.

Esperemos que Trump no nos agrie las uvas. En la novela de Flaubert, Bouvard y Pécuchet son dos imbéciles que en sus charlas se identifican entre ellos descubriendo sus puntos en común. La entrevista entre Musk y Trump, dos vanidosos ensoberbecidos por el dinero y el poder, son el espejo de aquellos portentos. La mentira es su bandera, la lagotería entrambos, nauseabunda para el observador normal, ¿qué esperar de estos tipos?: Nada.

"La teoría sobre la estupidez", de Carlo María Cipolla, define a los personajes que hacen daño sin medir las consecuencias. El sumun de la estupidez humana es cuando se ignora que la destrucción total no beneficia a nadie. Hemos leído como el dueño de X [Twitter] se alineaba de palabra y obra con el candidato republicano, incluso podría llegar a ser parte de su gobierno. Peligro.

Si Donald vence dice que acabará con "la guerra de Putin" en 24 horas: ¡Ucrania delenda est! Pobre Ucrania. El lobby judío americano se crecerá y la guerra en Oriente Medio puede convertirse en un conflicto global. Palestinos y libaneses podrían ser borrados de la faz de la tierra. Irán mira: peligro. ¿Líbano es una línea roja?

Definitivamente, si "peliamarillo" gobierna, el caos será definitivo. Trump nos recuerda al Joker, no le importa caer desde la azotea si arrastra por el cuello a la humanidad.

Los europeos nada podemos esperar de este crack. No participamos pero influirá sobre nuestras vidas: ese sí es un ejemplo manifiesto de la debilidad europea, y se lo cuenta a Elon Musk sin movérsele un pelo.

La verdad no necesita de ropajes, es aburrida. Los populistas para deslumbrar y encantar a muchos votantes se dedican a vestir la mentira con tonos atractivos y mucho brili brilli, con discursos altisonantes y verborreicos.

Una sociedad como la estadounidense la más avanzada, dicen, -depende en qué, me pregunto-, debería saber que la verdad y la mentira no caben en el mismo saco. La América profunda podría, con su voto, cambiar el mundo como la Gran Bretaña cambió cuando su sociedad profunda y tradicional sacó de la Unión Europea a ese país. Hoy no parecen contentos.

Estemos vigilantes ante los populismos que son un peligro para las democracias. Cuando determinados personajes se resisten a dejar el poder y utilizan cualquier método, son dignos de desprecio, cuando no de cárcel. Su única misión es gozar de la mamandurria y conseguir pertrecharse tras sus palmeros y con ellos todos sus adláteres o, lo que es lo mismo, como define nuestra lengua: subordinados, esbirros y compinches.