El domingo 10 de junio de 1962, a las 11 de la mañana, se celebraba en Madrid la asamblea constitutiva del Hogar de Ávila. Culminaba con éxito un proceso iniciado tiempo atrás por un grupo de impulsores que consiguieron ir aunando voluntades hasta lograr que Ávila contase con una entidad de esta índole en la capital de España, ya existente para la mayoría de las provincias.
La reunión desbordó todas las expectativas, con una afluencia aproximada de un millar de asistentes. El cedido salón de actos de la Cámara de Comercio madrileña se quedó pequeño, y a pesar de que numerosos congregados permanecieron de pie en la estancia o el pasillo, muchos por superarse el aforo no pudieron siquiera acceder a las instalaciones.
En nombre de la Comisión organizadora tomó la palabra Félix García Osorio, destacando la labor del periodista José Mayoral para crear el Hogar de Ávila, y la generosidad del Hogar de Arévalo, que a pesar de acumular una década de trayectoria, se disolvía para sumar fuerzas e integrarse en el Hogar de toda la provincia abulense. La sede social se situaría en el inmueble arrendado en el 4ºC del número 14 de la calle Carretas, donde se efectuarían obras de adecuación para habilitar salones para juegos y tertulias, bar, biblioteca con prensa, y sala de televisión.
García Osorio leyó una carta del alcalde de Ávila, Emilio Macho Alonso, comunicando que el Pleno de la Corporación Municipal había acordado conceder al Hogar una subvención de 6.000 pesetas ese año, con el proyecto de consignar una cantidad en los Presupuestos sucesivos. Hizo hincapié en la necesaria cooperación de todos los abulenses para constituir el Hogar, cifrando la cantidad precisa para afrontar instalación y mobiliario en 150.000 pesetas.
El Reglamento del Hogar de Ávila se había presentado a la Dirección General de Seguridad para su aprobación, y mientras se sustanciaba el procedimiento, la asamblea designó a la Comisión Gestora que, concluido el trámite, se transformaría en Junta Directiva del Hogar de Ávila en Madrid. Su primer presidente fue Félix García Osorio, y además de vicepresidente, secretario, tesorero e interventor, incluía dos vocales por cada partido: Arenas de San Pedro, Arévalo, El Barco de Ávila, Piedrahita y Cebreros (siendo los vocales de este último Adolfo Suárez González y Hermenegildo Martín Borro).
Las inscripciones de socios ese día fundacional superaron todas las previsiones, agotándose los mil formularios de que se disponía. En el acto se recaudaron 25.000 pesetas, y 18.000 aportaron los componentes de la Comisión organizadora. Diario de Ávila respaldó la iniciativa con la publicación de anuncios diariamente animando a los abulenses a inscribirse en el Hogar, pudiendo hacerse en Ávila en el bar restaurante Piquío. Se considerarían socios fundadores los miembros con efectos de 1 de junio que abonasen la cuota del mes. Esta ascendería a: Colectivos, 25 pesetas. Individuales: residentes en Madrid 20 pesetas, fuera, 10. Familiares: residentes en Madrid, 25 pesetas, fuera, 15. Socios de honor serían gobernador civil, alcalde y presidente de la Diputación de Ávila. Si el Hogar desapareciera, sus fondos se entregarían a la Diputación para la Beneficencia.
El primer acto público del Hogar de Ávila en Madrid tuvo lugar el 4 de julio de ese año, dedicado a Santa Teresa de Jesús por el Centenario de la Reforma Carmelitana. Tras un acto religioso en la iglesia de Santa Teresa en la Plaza de España, hubo una conferencia en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
El segundo acto, en el Castillo de Arévalo, fue una fiesta veraniega, con idea de replicarla en las cabezas de partido de la provincia. Dio comienzo a las 11 de la noche del 24 de julio, amenizada por orquestas, una tómbola y la elección de Miss Arévalo. El Hogar organizó un autocar para desplazar socios desde Madrid. Y el mes concluyó el día 29 con una excursión a Arenas de San Pedro, en la que se ganó el jubileo alcantarino, hubo un concurso de natación y un festejo taurino.