Francisco I. Pérez de Pablo

Doble click

Francisco I. Pérez de Pablo


Con el agua al cuello

25/03/2025

La foto de las administraciones navegando al unísono, en las inundaciones del Adaja y el Chico, es una imagen bienvenida ante el siniestro climatológico –la necesidad obliga– y que es consecuente con el carácter caballeresco abulense. Será más adelante cuando hayan de ponerse soluciones y resultados –política– cuando se muestre si esa aparente serenidad y equilibrio se mantiene o da paso a los constantes desencuentros. Tres signos políticos diferentes acorralan y bloquean a la Capital y sería deseable que esta agua que ha empapado los terrenos pueda servir para ese impulso del que carece por el momento.
Mientras toda esta agua va discurriendo dos realidades asoman. Ávila no puede almacenar tanta agua, ya que no tiene infraestructura para ello y lo embalsado solo daría –sin nuevas lluvias– para 10 u 11 meses. Los abulenses consumen entre 7 y 8 hm3 de agua al año (entre 7y 8.000.000.000 litros). Es la suma del embalse de Serones (capacidad 6 hm3) y de Becerril (2 hm3) y que cuando están bajos el riesgo de sequía es muy alto. Fuentes Claras (1 hm3) no resuelve y Cogotas (58,60 hm3) es la solución a las sequías para lustros sin llover, pero esta agua no puede embalsarse y retornar a la ciudad ya que no dispone de la estructura y el equipamiento preciso. Las obras estuvieron proyectadas y financiadas por consenso de todas las Administraciones, pero el alcalde lo dinamitó. Sin garantías de agua embalsada y bombeada para uso doméstico los ciudadanos solo pueden esperar que cada año el cielo truene.
La segunda de las realidades que ha aflorado con el agua caída tiene que ver con el desarrollo de la ciudad. Vaya por delante que las imágenes de la zona sur de la ciudad inundándose calles, edificios, jardines etc., deja una ciudad inerte.  Considero que el alcalde no estuvo afortunado, pretendiendo sacar rédito político, al culpar a su antigua formación –PP– de la aprobación por amplísima mayoría, hace más de 20 años, del PGOU. Con sus manifestaciones ha contribuido a desvalorizar, aún más, si cabe millones de m2 urbanizados y paralizados desde la crisis económica. Ese plan urbanístico fue aprobado con todas las bendiciones de todas las Administraciones y entidades, incluida la CHD, que solo a partir de 2016 con una nueva reglamentación, que interpreta con excesiva literalidad y rigorismo, ha propiciado que la zona sur de Ávila sea intocable y ejemplos ya ha habido. 
Sería incoherente, tomando las palabras del regidor, que el Ayuntamiento conceda nuevas licencias de construcción en una zona Sur no solo dedicada a vivienda residencial –devala comercialmente–, sino que alberga la zona de infraestructuras deportivas y de ocio de la ciudad, lo que va a obligar al Consistorio, a falta de hacer verdadera política que no se ha hecho, a dotar nuevos desarrollos urbanos para la expansión de la ciudad y mejora de sus instalaciones. Todo lo que se hará será esperar a que escampe.