¡Qué desfachatez! Ni por Navidad se cuelga ya el cartel de cerrado por vacaciones o de aforo completo. ¡Ya te vale, Mundo! Pensaba que serías un poco más cuidadoso, más detallista, más… ¡no sé cómo! Pero no me esperaba que siguieras girando mientras comemos las uvas, brindamos con champín o abrimos los regalos de la Noche de Reyes. Vamos, que no me esperaba esto de ti.
Ya te avisé el 20 de diciembre de que empezaban días llenos de luz y color. Pero está claro que hay que repetirte las cosas dos veces (o mil) porque no pillaste la indirecta. Te lo voy a repetir una vez más: Que sea la última, ultimísima vez que sigues como si la vida no se detuviera por unas semanas. ¿Has oído? ¡La última!
¿No va el mundo y en plenas Navidades, entre turrón y turrón, sigue amenazado de muerte? Quién se habrá creído. Yo desconectando de la vida y de pronto despiertas y te das cuenta de que "en torno a mi giraba el mundo como siempre". ¡Increíble!
Gira el mundo gira en el espacio infinito, con amores que comienzan, con amores que se han ido, con las penas y alegrías de la gente como yo… ¡Carajos Mundo! ¿En qué estabas pensando? Que si más bombas en Ucrania atacando a civiles como si nada, que si en Palestina todo igual, aunque fuera el escenario de la Navidad hace dos mil años, que si en Sudán más de lo mismo….
¡Que no hombre, que no! Que ya está bien. Que no se pueden tener noches de ilusión y regalos mientras lanzas pateras contra el abismo. Que no se pueden quemar los bosques en la otra parte del mundo por si no tengo papel de regalo para envolver el próximo año.
Y encima, no va el Mundo y suelta un virus por China en pleno fin de año, como si se nos hubiera olvidado lo sufrido y vivido. ¡Es que esto es ya el colmo!
Que me he puesto a dieta, y me dices que no terminaste con la hambruna en Sudán. Y que mientras yo comía quince platos y hacia hueco para el postre, habia gente muriendo de hambre. Yo no sé cómo tienes valor para hacerme esto. ¡Se lo pienso decir a tu madre!
Que no se puede nacer en medio de la nada porque eso solo ocurre en Belén. Vamos, no sé cómo has podido permitir que el mismísimo día de Reyes un bebé naciera en un cayuco, mientras en nuestras casas los bebés no paraban de recibir presentes. Oro incienso y mirra. Humanidad, dignidad y ternura. ¡Qué caro está venir desde Oriente!
La próxima vez te aviso cuando puedes volver a jugar. Pero recuerda parar cuando te digo, porque ponerse ahora al día en el abismo de la cuesta de enero, no es justo.
Mi querido Mundo, no te has parado ni un momento, tu noche muere y llega el día. Y ese día vendrá. No sé muy bien a qué día te refieres, pero ten en cuenta que ahora tienes un año por delante. El 2025 será mejor, si por fin, paramos un día, sentimos la realidad, valoramos lo importante, queremos con locura y apreciamos realmente el arte de disfrutar la vida. El 2025 será mejor si la humanidad y la cordura ganan la partida.