Hace tres cuartos de siglo, el 1 enero de 1950 el Diario de Ávila afirmaba haber hecho una encuesta tipo Instituto Gallup, para conocer qué necesidades consideraban más acuciantes los abulenses en el año entrante. Los resultados "ocuparían todo el periódico", por lo que solo reseñaban los más votados, con cierta ironía.
La lista de lo que entonces se echaba en falta suena familiar. Los transportes y comunicaciones, el urbanismo de la ciudad, el abastecimiento de agua: "Que se efectúen las anunciadas reformas en la estación del ferrocarril. Que se concluya la estación de autobuses. Que termine la urbanización de San Roque. Que cuando llegue el verano no corten el agua de la pobrecita Sierpe. Que se reforme el plan de urbanización municipal y se haga uno que sea 'potable'". Algunos de esos temas podrían protagonizar hoy columnas y editoriales de prensa y hasta mociones municipales.
El consumo de productos locales y el comercio justo con los productores: "Que en el país de las mejores terneras, no volvamos a comer carne congelada. Que la fruta de Ávila se venda en Ávila al precio que se vende en Madrid".
La dotación de instalaciones deportivas, el apoyo a los clubs: "Que el Ávila Club de Fútbol tenga tres mil socios. Que se terminen las obras de la tribuna, se hagan los evacuatorios y se ponga valla nueva en el campo de San Antonio. Que se completen las instalaciones deportivas con un frontón, una piscina y un campo de baloncesto".
Las infraestructuras y grandes obras, la recuperación del patrimonio: "Que se inicien las obras de las nuevas instalaciones militares y se terminen las que hay comenzadas. Que se levante en la nueva barriada de la carretera de Toledo el proyectado templo con los restos románicos del demolido de Santo Domingo".
El Diario terminaba: "Estos son los principales deseos del vecindario al empezar el calendario de 1950. ¿Cuántos veremos cumplidos al arrancar la última hoja?". La pregunta se responde sola.
La falta de perspectiva histórica puede llevar a creer que ciertas carencias son achacables a pocas décadas atrás, cuando hunden sus raíces mucho antes.