Sonsoles Sánchez-Reyes

A otra luz

Sonsoles Sánchez-Reyes


Las becas

09/06/2024

Durante su visita de tres días a Ávila, el 16 de septiembre de 1865 la reina Isabel II inauguró el curso académico 1865-66 del Instituto Provincial de Segunda Enseñanza y Colegio Santa Teresa de Jesús, sufragado entonces por la Diputación de Ávila. La monarca aceptaba la invitación de Manuel Silvela, diputado a Cortes de la provincia y en ese momento director general de Instrucción Pública.

Asistió al acto la reina con su esposo Francisco de Asís y dos de sus hijos: el príncipe Alfonso (futuro Alfonso XII) y la infanta Isabel, acompañados del Ministro de Gracia y Justicia, el Gobernador y el Obispo. Vino también el rector de la Universidad de Salamanca, por estar Ávila en su distrito universitario.

En los discursos del acto se dio a conocer que con motivo de su visita, la reina había instituido dos plazas pensionadas en el Colegio de internos, que llevarían el nombre de "pensionistas del príncipe Alfonso", para alumnos pobres con rendimiento académico sobresaliente de la provincia de Ávila.

A continuación, Isabel II entregó los diplomas y medallas a los alumnos que habían obtenido premio de excelencia, permitiendo la merced a los galardonados de besar su real mano.

Terminado el acto, los reyes y autoridades pasaron al salón inmediato, donde estaba dispuesto un refrigerio.

Algunas semanas después, el 6 de octubre de ese año se publicaba una Real Orden de Isabel II agradeciendo al Conde de Superunda, Marqués de Bermudo, que en imitación de ella hubiera creado una plaza pensionada durante toda la segunda enseñanza en el Instituto de Ávila y Colegio Santa Teresa para un joven pobre y huérfano de la zona, en atención a la vinculación del conde con esta tierra, donde tenía su palacio y haciendas.

Poco sospechaban entonces los benefactores y los becarios que estos no terminarían las Enseñanzas Medias siendo Isabel II la monarca española; que la libranza de fondos reales quedaría amenazada cuando se produjese la Revolución llamada Gloriosa, justo tres años después, en septiembre de 1868, con el advenimiento de la I República, el exilio de la reina y su pérdida definitiva del trono.