Este pequeño pueblo serrano es generalmente tranquilo. Su estancia aquí es tranquila y sosegada; pero como en muchos pequeños núcleos urbanos de la provincia, los hijos del pueblo, los nietos y demás sucesores y familiares allegados regresan en vacaciones a su localidad natal.
Chamartín cambia notablemente, sus calles recobran parte del bullicioso pasado, y los más jóvenes y niños pasean por sus calles y los caminos apetecibles que partiendo del pueblo, nos adentran en todas las direcciones en un paisaje espectacular, donde el aire es puro y el cielo azul turquesa. Las visitas a este pequeño municipio siempre se agradecen, y especialmente los que habitualmente viven en grandes urbes como la cercana Madrid, por lo que en cuanto pueden "salen disparados" a disfrutar de una paz y un clima más soportable que en verano allí es menos soportable.
Esta época estival es bastante frenética para los chamartinos, comenzando por este mismo sábado en el que la Asociación Atalaya celebra su reunión anual de socios y comida de hermandad, y donde más de 300 personas se unen para celebrar este acontecimiento y disfrutar no sólo de la gastronomía, sino también de juegos populares como la petanca, los aros o diversos juegos de cartas. También los más pequeños disfrutan de lo lindo con los castillos hinchables que siempre se colocan al lado del frontón. Y al finalizar el día chorizada para los socios y los que se animen a apuntarse.
Sin apenas tiempo para descansar, y nada más comenzar agosto., los días 2, 3 y 4 llegan las fiestas de verano de la localidad donde aparecen de nuevo los juegos de cartas, petanca, disfraces y por supuesto la verbena del sábado ya famosa entre todos los pueblos de la serranía abulense.
No hay que cansarse demasiado ese fin de semana, porque al siguiente sigue la marcha y se celebrará un año más la fiesta de Lugnashad, donde se recuerda nuestro pasado vettón con diversos acontecimientos que comenzarán el sábado día 10 con una visita guiada al castro de la Mesa de Miranda, una observación estelar en plena necrópolis y a la subida en autobús continúa la fiesta con degustación de pastas y aguamiel, música en directo, y observación de planetas desde varios telescopios organizada por la organización "Quedadas estelares de astro-aficionados" que el pasado año tuvo mucho éxito y mantuvo a la gente mirando el cielo hasta las 4 de la mañana.
A pesar de pasar media noche en vela, hay que preparar por la mañana el renombrado mercado vettón y agroalimentario y la ciclomarcha hasta el castro saliendo desde el centro de interpretación. El mercado de artesanía variopinta se sitúa alrededor de la plaza del pueblo y en las calles cercanas.
Por supuesto uno de los puntos fuertes después de la visita a los puestos es la comida popular con revolconas con torreznos y lomo con chorizo de olla, postre pan y agua.
Durante toda la mañana los pasacalles amenizarán el recorrido entre los puestos y después de degustar el menú, la tarde se dedica a los juegos populares, recordando el pasado y en el que participan pequeño y mayores saltando a la comba, tirando de la soga, jugando a las tabas o la goma, que el pasado año tuvo mucho éxito de participación y el que se acerca se prevé que también. :-)