Mariano de la Puente

Percepciones

Mariano de la Puente


Albión y otros pérfidos

14/07/2024

Cuando algunos mandatarios europeos caminan de manera contraria a las manecillas del reloj, hacia atrás, como ha sido el caso de Rishi Sunak en los dos últimos años, la propia "Pérfida Albión" lo ha parado; ha puesto las agujas en la lógica del tiempo y empiezan a funcionar en el sentido correcto, marcando el tiempo hacia delante, como manda el orden natural.

Solo en lo económico, el Brexit habría costado a los británicos 150.000 millones de libras, (177.000 millones de euros hasta 2023, revista "Grand Continent"), sin duda un paso hacia atrás. Si añadimos los problemas sobrevenidos al estado de bienestar en sanidad y asistencia, la falta de mano de obra, y el trato vejatorio e inhumano que pretendían con las expulsiones de emigrantes, hemos aprendido, ellos y nosotros, que no hay soluciones simples a problemas complejos.

El Reino Unido suele dar disgustos a Europa, concretamente a la Unión Europea caso del Brexit, pero los golpes sufridos tras abandonar el mercado común les ha hecho recapacitar. Que nadie espere que soliciten reincorporarse de manera inmediata al club, menudos son los británicos… Pero todo se andará, el orgullo dará paso al pragmatismo.

El ultraderechista y ultradefensor del Brexit, Nigel Farage, ha entrado en el Parlamento del Reino Unido tras ocho intentos. Lleva cuarenta años en el "tajo", en la tarea política y con el Brexit se le acabó la bicoca europea…  Pero necesitaba seguir viviendo del cuento. Varios son los ultraderechistas que navegan por partidos conservadores hasta que montan su propio chiringuito. En España también los tenemos.

Gran batacazo de los tories, alguien debiera tomar nota. No vale aquello de que se hunda el país que ya lo arreglaremos cuando lleguemos al poder. El arreglo se hace y se contribuye a él tanto desde el Gobierno como desde la oposición.

Los independentistas escoceses tampoco parece que hayan avanzado demasiado, más bien al contrario. Aquí, en el suelo patrio, los independentistas catalanes se afanan en dos tareas: Destruirse entre ellos e impedir que gobierne quien ganó. Es posible que sus caprichos lleven a nuevas elecciones en Cataluña; son como críos: O me quedo con el juguete o lo rompo. Y si vuelve Puigdemont, parece que están dispuestos a montar un circo ¿Hará un Assange? ¿Qué era aquello del seny?

Volvamos al Reino Unido. El nuevo primer ministro británico Starmer ha suspendido las polémicas deportaciones de emigrantes a Ruanda, defendidas por su antecesor, Rishi Sunak, un hijo de emigrantes indios: ver para creer; no hay peor cuña que la de la misma madera. "La Pérfida Albión", nombre que recuperó Napoleón, dicen, de los antiguos griegos, parece retomar unas riendas más acordes con los derechos humanos y el sentido común. Otros más pérfidos que la Albión muestran su patita. En Francia les han cortado las uñas, pero el "gatito" lepeniano está agazapado, pues aspira a tigre. El gran problema de la izquierda francesa es formar gobierno.

En Italia la Meloni aprieta, hace guiños a los populares europeos y estos podrían sucumbir. Las ultraderechas e izquierdas padecen el mismo síndrome: aman la división. Ahí está Salvini como muestra.

En Alemania, si los neonazis consiguen más fuerza en las elecciones del año próximo, (igual se adelantan al otoño), como ocurrió en las europeas, sobre todo en la antigua zona oriental, el asunto se pondría feo, salvo que sigan la estela de británicos y franceses.

Llega el Sr. Orbán a la presidencia de la Unión Europea y da la nota. Admirador de Trump, de quien copia su lema, "hagamos a Europa grande de nuevo", e hincha de Putin, se reúne con el sátrapa motu proprio para hablar ¿de qué? Presidir la Unión Europea no le acredita para actuar en nombre de los socios, y menos aún con el dictador ruso, devenido en soviético, ni con el chino Xi.

Hemos escrito que quien quiera abandonar el club es muy suyo, artículo 50 del Tratado. Alguno ya ha comprobado el frío que hace fuera, claro que al Sr. Orbán no le afecta el frío putiniano, y prefiere ser cola de ratón que cabeza de león. No, no he confundido el refrán.

Se echan de menos normas, y debieran arbitrarse, pero a la inversa: la posibilidad de expulsar a los indeseables… Sin embargo, no se puede, hay que tragarlos. Los aspirantes estarían obligados a aplicarse la máxima del insigne Groucho Marx: "nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo". Como esto es subjetivo, es urgente legislar para evitar la entrada de elementos desaprensivos, quintacolumnistas de imperios nostálgicos dispuestos a malograr la Unión.

El pulso al estado del mundo lo tomaremos tras las elecciones de Estados Unidos en noviembre. Estos hijos de la Gran Bretaña parecen empeñados en defraudar a su madre y mentora, la Corona Británica. Desearíamos que tomaran nota del derrotero tomado ahora por sus colonizadores.

Abascal, amigo de Meloni y Orbán, (¿y de los rusos?), rompe los gobiernos compartidos con el PP. Ambos socios se temen y al final desbaratan sus alianzas, aunque no esperado, lógico. El mismo espacio entre más postores, según la ley D´Hondt, menos poder. Las leyes de la estupidez humana, descritas por C. Cipolla, son inmutables. No les distraigamos.

Las democracias liberales rebosan problemas que van solventando, es evidente. Sí sabemos que otras formas de gobierno no tienen, ni ofrecen, soluciones aceptables, para los demócratas. Ojo con los populismos. Cuando acabe este año, dispondremos de material suficiente para analizar que pasó en el mundo, por mor de "los amigos de las soluciones fáciles". Recordemos, la mitad de la población mundial habrá tenido procesos electorales en 2024.

En el ínterin, sufriremos a estos personajes estrafalarios, amantes de vivir del cuento, para los que trabajar con el reloj en hora, funcionando hacia delante, les es imposible.