Fue el pasado viernes. El concejal Barral –PSOE– defendió el voto en contra de su grupo a la propuesta del PP de instar al Ministerio para que todas las pruebas físicas de acceso a la Escuela de Policía se realicen íntegramente en Ávila. Se equivocó. Su insólita presencia en la lista socialista –regreso con aspiraciones de ir en listas nacionales– no le priva de ser lo más decente del pleno capitalino, por su buen currículum y experiencia como subdelegado del Gobierno en Ávila durante tres años (se tuvo que desdecir varias veces de los sempiternos proyectos abulenses), y aun no siendo oriundo se le podría suponer la defensa de los intereses abulenses, pero prefirió –como su formación– amparar los designios políticos de un partido que sigue sin mostrar sensibilidad hacia los intereses abulenses. 
En esta columna –mayo 2022– ya señalé la problemática y aunque tarde parece que el ámbito político ha tomado conciencia de lo mucho que ha perdido la ciudad. No es pedir algo que no se tiene, sino exigir que no se quite lo que, ya, se tenía como sede única. Revisando las estadísticas de ocupación hotelera el mayor dato se refleja en los meses de octubre y noviembre coincidiendo con las pruebas físicas del centro policial. 
Al margen de la cuestión política sorprende que los sindicatos –empresarios y trabajadores– se hayan mostrado sospechosamente silentes. Incomprensible es también que el sector de hostelería y gastronomía no haya si quiera reforzado con un apoyo rotundo lo que es más que justo. Siendo los más interesados y beneficiados de que esto retornara a sus orígenes, quizás no les compense y tampoco es descartable que no haya "entendimiento" entre lo que se piensa dentro de la escuela y el propio ámbito empresarial en cuanto a oferta y precios. 
Sin duda habrá otras cuestiones y elementos que sigan impidiendo hacer justicia, la misma partiendo de la igualdad de los opositores a disponer de la mismas instalaciones, condiciones o presión que Ávila tiene por su altura. Lo que sí se aprobó por unanimidad fue la enmienda 'locomía' por ser destino por la diversidad –LGTBI– de la capital que parece difícil vaya a compensar el déficit de presencia de los varios millares de aspirantes a policía nacional.