Despido el año escribiendo sobre una parte de la España vaciada, Castilla y León, sobre nuestros pueblos abandonados, vaciados y olvidados, y sobre todo de nuestra Ávila. Pasear por el centro de la vieja ciudad es llorar, escaparates ciegos, tiendas cerradas, invasión turística y paisanos huyendo. Sí, los próceres dirán que exageramos, como siempre, ellos son así. Don Miguel Delibes describía, en alguna de sus novelas, paseos deliciosos por nuestra ciudad.
Antes era el analfabetismo, ahora es la economía. Hace cien años escribía Chaves Nogales sobre Luis Bello, que, "embarcado en atacar el problema del analfabetismo en España, visitaba pueblos y escuelas, también en Castilla y León. Un ser de cuerpo vulnerable e indefenso, afirmaba, había hecho más por resolverlo que los prebostes elevados a los consejos de la Corona".
¡Albricias!, Ahora la Junta quiere impulsar el pequeño comercio en Castilla y León, con un plan vertebrado sobre seis ejes, pero olvidan el eje fundamental: la gente, las ruedas. ¡Ejes sin ruedas, carro al suelo! ¿Para qué tanta mandanga si falta lo principal? Para muestra un botón, de las 2000 empresas españolas según su facturación, diez están en la región, ¿y en Ávila?: Cero.
De entre los muchos indicadores escojo el del valor monetario de todos los bienes producidos por habitante (PIB) en 2023; en la Comunidad de Madrid es de 42.000 euros y 39.500 en el País Vasco; Castilla y León linda con ambas y aquí esa cifra es de 29.700, y en Ávila, 23.000. También aquí existe el problema de la vivienda, no es asunto solo de las grandes ciudades, incluso en los pueblos hay problemas para encontrar un hogar. Si encuentran vivienda, según algunas informaciones, pagarán 900 euros por metro cuadrado, si compran; el alquiler de un piso de características similares, en torno a 800 euros. No hablemos de salarios.
Cuidamos con fruición los cerebros de nuestros jóvenes y resulta que, cuando pueden, buscan oportunidades en otros lugares. ¿Hacia dónde? Evidencia de Perogrullo, dejémonos de cuentos. Hay que denunciar que es la España centrípeta contra la centrífuga, la brecha se agranda, ¿batalla perdida? El primer deber de los políticos es fijar población, algo imposible si no hay oportunidades. Las personas huyen, sobre todo los jóvenes. También se da la gentrificación, renovación de las zonas urbanas céntricas o deterioradas de las que se desplaza a la población original. A esos que se les llena la boca con la palabra patria debieran saber que la patria es la gente.
¿Qué hacen los políticos para retener o fijar población? Nada. En los cuatro últimos años, la población en Ávila ha crecido de media 142 habitantes anuales; a veces parece que deshacen, no construyen, no ayudan algunas leyes ni funcionarios pejigueros e ignaros. ¿Un ejemplo desincentivador?, el eterno enfrentamiento de los de siempre. Al parecer se quiere desarrollar un campus de la Universidad de Salamanca aquí, en Ávila, según escribe el director del Diario de Ávila, (17 Nov.); lo describe como un enfrentamiento de discursos. No seré yo quien le corrija, pero sí quien añada, con perdón: están bastante más ocupados en embestirse que en construir.
El transporte, otra película de miedo que de vez en cuando reponen. Parece que ciertos gerifaltes son felices cabreando al personal. Se anuncia el fin del peaje de las autopistas, lo que haría más atractivo venir y fijar población en esta provincia, donde llevamos 57 años pagando el peaje de la A6, desde 1967. Dicen que en 2029 puede desaparecer, ¿pueden adelantar la fecha?, hagan algo, pues "dentro de cien años todos calvos". Aburre el sonsonete y cuando vienen esos políticos que maltratan la política, se les manda con la música a otra parte. ¿Lo del tren? ¡Por favor!; la última, cierre parcial de la estación de tren en Arévalo.
¿Y nuestros mayores? Los sacan de su entorno, si encuentran plaza. Sus cuidadores en las residencias, sobrepasados, hacen lo que pueden, y quienes tienen que paliar el tema se escaquean. Los medios son escasos, en las privadas prima el beneficio y en las públicas los recursos son limitados, siempre la misma y triste música.
Recordamos asuntos recurrentes en esta tierra porque empieza el año y es obligado. Los responsables que debieran ponerse ya manos a la obra para dignificar a los castellanoleoneses, fijar población y cuidar estas tierras, ¿dónde están? Hace meses algunos políticos se quejaban porque cada vez había menos votantes, ¡qué sarcasmo! ¿Les preocupa la gente que se esfuma o que se esfume su sillón? La política, como escribimos en estas páginas, es algo muy serio e importante como para dejarlo en manos de cuatro astrosos.
A ellos les va el cargo, a la gente la dignidad y a veces la vida. Es tarea fundamental que los representantes ciudadanos aprendan a conjugar el verbo dimitir por activa, pasiva y perifrástica, y su aplicación inmediata. Dejar en manos de vocingleros, zurupetos y demás personajes el boletín oficial de la ciudad, la comunidad, o el Estado es sumamente peligroso. ¡Ay, amigo!, si lo agarran interesados, ágrafos y analfabetos, el resultado solo será: caos, abandono y olvido. Los políticos son, no necesarios, imprescindibles, pero llegar al poder y olvidar lo prometido es automático. Por cierto, el presidente de las Cortes afirma que 31 es más que 35, puede que jurídicamente sea un as, en matemáticas: no. Como dijo Bertolt Brecht, si el pueblo vota contra el Gobierno, disolvamos al pueblo.
En esta tierra de habla precisa, como recuerda y reivindica el burgalés Pepe Rojo, habitada por gente sobria y responsable. Los escritores señalaban que el castellano viejo inspiraba respeto y veneración, su estilo era decoroso y noble. "Ancha es Castilla" es una expresión que proclamaba que era tierra de oportunidades y acogida. ¿Qué ha pasado entonces? ¿Quiénes empequeñecen a Castilla y a los castellanos?