Carolina Ares

Escrito a tiza

Carolina Ares


Regalos y dones

04/01/2025

Hoy, si nada me lo impide, voy a conocer a mi ahijado. He tardado mucho por la distancia física, pero le siento muy cercano desde que hace cerca de diez meses su madre me llamó para decirme que estaba embarazada. De lejos he seguido el embarazo y, aunque sí he visto a mi amiga embarazada, solo lo estaba de unos pocos días y aún no lo sabía. Me he perdido tocarle la barriga, hablarle y cogerle de chiquitín. Sin embargo, hoy podré tenerle entre mis brazos y cantarle la canción en la que aparece su nombre y otros grandes éxitos que su madre y yo cantamos siempre que estamos juntas, ella más afinada que yo. 
Podré presentarme de verdad, no de lejos. Olerá mi perfume y, espero, empezará a almacenarlo en su cerebro. Escuchará mi voz y se abrirá camino hacia sus recuerdos. Se quedará también con el sonido de las risas (y las voces, para que negarlo) que su madre y yo no podemos evitar cuándo estamos juntas.
Cuál hada madrina, le concederé tres dones que espero que le acompañen siempre, que sé que son importantes para sus padres y que trabajarán (con la ayuda de todos los que les queremos) para que pueda desarrollarlos en la vida, pues las cosas más importantes no surgen de la nada, requieren tiempo y esfuerzo. Le desearé una creatividad sin límites, que le permita cultivar las artes como es habitual en su familia materna, pero que no solo sea aplicable a estas: que la valore como método de resolución de problemas, de pensar diferente para obtener resultados distintos, incluso en las labores más técnicas como hace su padre. Qué de esa creatividad nazca el pensamiento crítico asociado a la cultura y al conocimiento. La capacidad de cuestionarlo todo y de encontrar las respuestas por sí mismo. Le deseo la misma capacidad de trabajo que tienen los dos y la pasión que ponen en todas las cosas: que sepa la importancia del esfuerzo para conseguir sus metas, el valor de amar lo que haces y que aprenda desde pequeño a gestionar la frustración. Finalmente le deseo la capacidad de ver la magia en el día a día, que sea constante durante su infancia y  le acompañe toda su vida.
Pero hoy también me dará igual la edad y comenzaré a hablarle de sus orígenes castellanos, nuestra historia, nuestras tradiciones y canciones, en versión adaptada. Se irá con una jota cantada. Aunque sé que tanto su madre, como su abuela y sus tíos ya le han hablado de Ávila y nunca dejarán que se olvide que también es de aquí. Porque al final los padres son los pilares fundamentales de la educación de un niño, todo pasa por ellos y son quienes determinan como gestionan sus vivencias y aprendizajes. Pero nunca están solos en su labor. Las familias, la escuela y, sí, los amigos están presentes y refuerzan esas decisiones, aportando su granito de arena desde la responsabilidad que implica ayudar a crecer a un niño.
Hoy, si nada me lo impide, voy a conocer a mi ahijado. ¿No les parece el mejor regalo de reyes por anticipado?

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