Carolina Ares

Escrito a tiza

Carolina Ares


El día que falte Machado

12/04/2025

El día que falte Machado, dejaremos de leer en los paisajes nuestra propia alma. Perderemos el amor por la tierra al ver, en el polvo de sus caminos, la vida y su transcurrir, las delicias del trayecto, frente a la impaciencia por llegar al destino. La magia de lo cotidiano visto desde la sencillez pero con una luz excepcional, olvidada por el desaliento de lo repetido. El libre albedrío de quien hace camino al andar se verá ensombrecido o borrado, quizá, por el abandono de la poesía que guía al espíritu, por el recorrido de los senderos que transcurren en soledad.

El día que falte Machado, el agua solo alimentará al cuerpo y a la naturaleza, que no es cosa vacua, pero dejará de reflejar el fluir de la vida que ya nos anticipó Jorge Manrique y que hemos heredado en este país como su metáfora por excelencia, que Machado reconocía en sus versos y colmaba de memoria en sus endechas al río Duero, cuyas aguas pasan, ya no vuelven y dejan todo atrás.

El día que falte Machado los árboles nos darán sombra y nos seguirán regalando la vida, pero les negaremos el lustre de ser fuente de esperanza, de transformarse en promesa en mitad del sufrimiento. De embellecer el mundo con su decadencia otoñal, su muerte en invierno y su renacer primaveral. Un olmo seco no será más que un árbol muerto y no la bandera de la ilusión esperada. La tarde será solo un momento del día; el atardecer, el sol que se marcha. Dejaremos que desaparezca nuestra emoción al observarlo, perderá toda la magia. No hallaremos en el crepúsculo la melancolía machadiana, no será el momento de introspección ni nos dará lugar al cambio que a veces esperamos tanto como tememos. No sonará igual la campana en la iglesia ni flotará la cortina del balcón. No será nuestra tierra lugar de decadencia pero bandera de redención. El día que falte Machado, diremos adiós a la dignidad que hay en la sobriedad, la sencillez dejará de ser sinónimo de compromiso. Nos despediremos de la belleza en su máxima expresión.

El día que falte Machado será el día que fracase el alma humana en su búsqueda de la belleza, el pensamiento y el consuelo. Ese día triunfará la ignorancia y el buen hacer de los que buscan una sociedad desinformada e inculta, desarraigada y sin capacidad de reflexión. El debate sobre qué literatura mandamos leer de forma preceptiva en las escuelas y qué autores obligamos a leer demasiado pronto es complejo, porque en ocasiones podemos arruinar libros que más adelante nos encantarían, pero también muchos autores y sus obras acabarían condenados al olvido si no estuvieran en los planes de estudio. Y es sin embargo en ellos en quienes podemos encontrar la respuesta en los tiempos de crisis, si sabemos detenernos, leer y reflexionar. Antonio Machado sigue vigente porque enseñamos que transformó en versos los golpes de la vida y al llegar la dificultad es cuando volvemos a él implorando esa belleza, pero también el consuelo de sus palabras y la reflexión que nos puede generar. Ciento cincuenta años hace que nació y sin embargo, podemos buscar en su poesía un reflejo de la sociedad actual y, si estamos tan perdidos que no encontramos nuestra esencia, al menos sí hallaremos el aliento para perseverar. Y así nuestros corazones podrán esperar también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera.