Queridos lectores, volvemos una temporada más a estas páginas de nuestro Diario de cabecera, habiendo transcurrido ya tres meses desde la última vez que compartimos columna. ¡Cómo pasa el tiempo! Diríamos, incautos de nosotros. Porque, recapitulando para retomar el hilo donde lo dejamos, ironías del destino, en la capital nos hallamos justamente en el mismo punto muerto que el año pasado por estas fechas. Sin horizontes despejados para aprobar los presupuestos municipales, lo que acabará por aflorar en forma de excusa reiterada para acometer recortes de toda índole desde el Mercado Chico. Vamos, que vuelta la burra al trigo y que por mucho que nos cambien la hora, aquí más bien parece que los relojes se hayan parado para siempre.
Y es que todo apunta a que volveremos a recorrer desde la casilla de salida un ciclo anual que ya se nos hizo largo y estéril, pero que de segundas aún será más insufrible, pues conocemos el guion del proceso línea a línea: muchos aspavientos y poca chicha.
Y digo yo, puestos a economizar, ya que es la consigna que nos presentan como insoslayable, y que 2025 asoma con la amenaza de la nueva tasa de basuras impuesta desde el Gobierno central a los Ayuntamientos, para el que alguna mente ingeniosa ha acuñado el despectivo término de "basurazo", ¿no podríamos aquí aprovechar el tirón ahorrador y medioambiental para reciclar las notas de prensa y posts en redes sociales que se publicaron hace justo un año, ya que son plenamente válidas, como si se hubieran redactado ayer mismo?
Podríamos simplemente volver a leer los artículos de hace doce meses en los que los grupos políticos expresaban sus postulados previos y posteriores a los plenos de ordenanzas, presupuestos o del estado de la ciudad, ya que no han variado un ápice. O podríamos releer como si fueran nuevas las protestas vecinales por el carril bici o la ZBE, o por las obras interminables que cortan las mismas calles una y otra vez, ante los oídos sordos de quienes nos administran localmente. Podríamos también desempolvar las noticias de hace un año, que decían no había noticias sobre el destino de la antigua estación de autobuses, las mejoras de comunicaciones por carretera o ferrocarril o la solución al problema del abastecimiento del agua. Todo idéntico hoy.
Y si nos viniéramos arriba, podríamos además extender el reciclaje a visionar los videos de las fiestas del año pasado, ya que se repiten en lograr la práctica unanimidad en la queja de la gente, o volver a ver las fotos del alcalde en exactamente los mismos actos de hace doce meses, ya que no hay novedad alguna, ni innovación, ni proyectos a estrenar. ¡Lo que podríamos ahorrar al presupuesto municipal sin emplear la tijera!