Pilar Álvarez

Lo social

Pilar Álvarez


Entre iguales

27/03/2025

Nuestra igualdad de naturaleza es la fuente de los derechos humanos, y de nuestros correspondientes deberes. Sí la ley escrita supone un avance notable en la organización de la sociedad, el respeto de leyes no escritas vigente en la naturaleza humana tiene una importancia similar por ser de ley natural. La conexión con la ley natural otorga a las leyes humanas su legitimidad. Todo hombre sabe que el mero hecho de tener el poder no es sinónimo de ser justo, en ultima instancia, la ley humana solo es verdadera ley cuando respeta la verdad sobre el hombre. Si se aparta de ella, se convierte en violencia, en la ley del más fuerte al servicio de una autoridad corrompida.
La ley natural no es un invento de la cultura humana, es un descubrimiento que cada hombre realiza dentro de sí, descubriendo a la vez que hay comportamientos buenos, y malos. Sin embargo, debemos practicar el respeto a los semejantes ya que hablamos de iguales. Ciertas practicas como el odio, la traición, la discriminación, etc. Representan conductas detestables. Y es absurdo pensar que todas las leyes e instituciones son justas…Hay, por el contrario, una distinción entre ley buena y ley mala, que solo puede hacerse desde el criterio natural.
El punto de partida para entender la ley natural es que se trata de una evidencia. Que es esta, la razón no guzga como indiferentes todos los actos posibles, sino que, con independencia de las leyes humanas, emite juicios de obligación. Por tener toda una naturaleza común, sin importar la tierra que pisen o el cielo que vean, esta será una ley universal y objetiva. El orden social requiere la delimitación clara de los derechos y deberes de millones de personas. Se entiende por "leyes positivas" las que los gobernantes promulgan para lograr ese orden social deseado. 
En el siglo XIII, santo Tomás de Aquino realizo una importante síntesis entre aristotelismo y cristianismo, y entendió por justicia el cumplimiento de dos tipos de leyes, la ley positiva, promulgada por el legislador humano, y la ley natural, impresa por el legislador divino en la inteligencia humana. En los romanos tuvo otro efecto importante al conquistar distintos pueblos, y someterlos bajo la misma ley, se hizo patente que los individuos pueden ser políticamente iguales, y por tanto ¿Por qué no? humanamente iguales más allá de las fronteras que los separen, aunque pertenezcan a etnias diferentes. Las antiguas estructuras sociales limitaban bastante las iniciativas individuales, pero gozaban de la solidez unánime de lo que no se pone en cuestión, ¡todos somos uno! La modernidad concede cada vez mas importancia a lo que piensa, opina y reclama cada individuo, pero debilitando inevitablemente la unidad comunitaria. La gran pedagogía de la ley consiste en dar a conocer el bien común, ordenación racional de la conducta humana.