No sé por qué me meto en este jardín, pero no seré el primero ni el ultimo en hablar de este tema.
Es del común conocimiento que la mujer sufre discriminaciones, cuando no violencias, simplemente por el hecho de ser mujer, por lo que, en estos tiempos, algunos grupos, especialmente políticos y feministas, tratan de desarreglar este entuerto de siglos. Con una simple mirada, vemos diferencias formales, incluso psíquicas, que los pensantes desde la época prehistórica clasificaron en hombre y mujer, masculino y femenino; existen anomalías, pero no las consideramos ahora. Si somos observadores veremos que la mujer es tan capaza de hacer lo que hace un hombre, y el hombre podría hacer lo que hace una mujer; excepto una cosa: parir. Una mujer puede conducir un camión o freír un huevo, igual que el hombre. Puede ir a la luna o a las profundidades de los mares, igualito que el hombre. Pero sobre todo puede pensar, discurrir, investigar, descubrir, dirigir a grupos, lo que sea, y ejemplos hay muchos; tal vez los especialistas cerebrales encuentren alguna ligerísima diferencia. Pero nos hemos quedado en el sexo y en el género, en el macho y en la hembra. Y todo ello se ha llevado al lenguaje, que es de lo que va este artículo. Y se ha inventado el lenguaje inclusivo, como forma pretenciosa de igualar y no discriminar, y así superar las diferencias de género que existían y existen. Esta forma de buscar la "igualdad" entre hombre y mujer, es la mas facilona para los gobernantes y para cualquiera, porque no cuesta nada, ni un céntimo, en vez de buscar la no discriminación en otras diferencias sociales y económicas, debiendo poner a las mujeres un plus, o varios, pues son las únicas que pueden ser madres. Mas para que la diferencia sea más sutil, han metido símbolos en el lenguaje, como la arroba o la barra oblicua, en este lenguaje inclusivo, para desdoblar el género, y así no utilizar solamente la forma masculina; o dicen, se usen otras formas neutras, que nuestro diccionario proporciona.
Este sería un ejemplo de un lenguaje políticamente correcto, según pregonan nuestros políticos, porque en cuanto se haga una omisión, pues ya no estará bien: "españoles y españolas, todos y todas, queridos y queridas: Como sabréis, hay diputados y diputadas, senadores y senadoras, que han ido a la universidad, para que profesores y profesoras, catedráticos y catedráticas, enseñen a unos y a otras, como debemos todos y todas, hablar correctamente. Y esto deben trasmitirlo a sus hijos e hijas, y si tienen nietos y nietas, también. Ninguno ni ninguna debe dar un paso atrás. Porque esto tiene pena de cárcel, haceros presos y presas, sobre todo a periodistas y periodistos, que allí podrían enfermar y llevarles y llevarlas a un hospital, donde médicos y médicas, enfermeros y enfermeras, os atenderán; también podríais ir a un psiquiatra o spquiatro, ya que esto nos vuelve locos".
No sigo, porque me repatea esta forma de expresarse. ¿Quién podría aclararnos, con autoridad, algo sobre re el lenguaje inclusivo? Podría ser la RAE, Real Academia de la Lengua Española, que tiene por lema "limpiar, brillar y dar esplendor" a nuestra lengua. Ya se definió, que ellos, los académicos, no crean el lenguaje, sino que son simples notarios de lo que la gente dice, aunque luego creen un diccionario, que se renueva con palabras nuevas, que a veces no hemos oído nunca por estos lares. Pero los políticos sí legislan, y así se hizo una ley orgánica en el año 2023 para implantar un lenguaje no sexista (¡que tendrá que ver aquí el sexo!), para conseguir la igualdad entre mujeres y hombres. El camino masa fácil y mas barato. Pero podemos sacar alguna conclusión de lo que dijo la RAE, que el género masculino que estaba asentado y que no supone una discriminación sexista, incluye a las mujeres, por lo que queda rechazan el lenguaje inclusivo.
Yo, mientras viva, seguiré hablando y escribiendo como me enseñaron aquellos extraordinarios maestros que fueron Doña Vicenta Manzanedo (hoy tiene una calle en la zona sur de la ciudad) en la escuela municipal situada en el llamado Corralón, donde actualmente está Correos, y Don Mauricio López, en la prepa del Instituto, con los dictados de textos de El Quijote, y su "jarabe de palo" ¡qué tiempos! hoy donde están los Juzgados. Gracias.