Chema Sánchez

En corto y por derecho

Chema Sánchez


Sueños que trabajamos y logramos

15/03/2025

Cuando a alguien le hablas de Ávila, si le suena o la conoce, rápidamente alude a la ciudad de las murallas. No lo asocia con miles de familias que cada día se levantan con el empeño de seguir avanzando. Pero nuestra provincia, cual David contra Goliat, emerge cada mañana como un crisol de talento, ideas y determinación. No nos lo han puesto fácil. Nunca. Ni en épocas de algo más de esplendor. Pero aquí seguimos, empujando, emprendiendo, levantando proyectos con las uñas si hace falta, y demostrando que esta tierra tiene mucho que decir en un mundo cada vez más competitivo. No somos la España vaciada, porque estamos repletos de soluciones, casi siempre para gente que piensa que las leches dejan los cartones llenos en el supermercado. Los Premios Castilla y León de Gastronomía, entregados el pasado lunes en el Teatro Castilla de Arévalo, han servido como escaparate de esta realidad. La décima edición de estos galardones ha premiado a profesionales y productos que reflejan lo mejor de aquí, de nuestra tierra. Entre ellos, el bombón de Higo de Gredos, elaborado en el sur de Ávila por la cooperativa Capra Hispánica, ha puesto en valor la capacidad de innovación de nuestros productores. Porque aquí, hasta el dulce se reinventa. Y si hablamos de emprendimiento, imposible no destacar a Caracoles de Gredos, una iniciativa que ha llevado la helicicultura a otro nivel. Con el apoyo de Iberaval, que por primera vez respalda estos premios, han demostrado que el sector agroalimentario aúna futuro a una tradición que no puede faltar. Convertir un caracol en un producto gourmet no es casualidad; nace de la visión, el trabajo, y, por qué no decirlo, de creérselo cuando nadie más lo hace. Porque si algo tenemos en la provincia, además de frío en invierno y un cielo limpio como pocos, es capacidad para renacer. Una y otra vez. Sabemos que el contexto es ferozmente competitivo y que las grandes ciudades -sin ir muy lejos, tenemos una fuerza centrípeta al lado- siguen llevándose la mayor parte del pastel. Pero también sabemos que no estamos aquí para vivir como espectadores. Nos lo han demostrado proyectos como Ávila Market, que con su apuesta digital ha conseguido poner en valor la producción local, acercándola a cualquier rincón de España con un solo clic. O el empeño de Avilagro. Nos lo muestran los pequeños empresarios, los agricultores que siguen apostando por la calidad frente a la cantidad, los hosteleros que no renuncian a la excelencia a pesar de los costes disparados que, por cierto, vaya si han repercutido en el cliente. Decía un buen amigo que en Castilla y León «siempre hemos tenido que nadar a contracorriente, incluso cuando no había mucha agua». Y qué razón tenía. Pero eso no nos ha impedido llegar lejos. Que no deje de haber premiados de aquí querrá decir algo. Y que la Diputación de Ávila siga apostando por iniciativas que fomentan el desarrollo económico de la provincia. Aunque siempre siempre habrá quien vea en ello pegas. Que sigamos dando guerra supone un acicate más para que lo volvamos a decir: ¡no nos vamos a rendir!
Seguimos, como siempre, mirando al futuro, como hemos hecho toda la vida, sin obviar el pasado y criticando constructivamente el presente. Y con la certeza de que, en esta tierra de luchadores, los sueños se sueñan, pero también se trabajan y se consiguen. Ya me entienden.