Chema Sánchez

En corto y por derecho

Chema Sánchez


Funcionarios y funcionarios

15/02/2025

Todo en el mismo saco. Vamos a una velocidad tal que ni miramos por el retrovisor, ni, lo que es peor, al frente, ni a los lados. Hace unos días pensaba en lo torpe que he sido al no haberme puesto a hincar los codos en asuntos serios en algún momento de mi vida, haciendo caso a aquello que decían nuestros padres de… tú, hijo, sácate una oposición y ya tienes asegurado el futuro. Pues no. De saque, estudiar periodismo. Visto con la perspectiva del guerrero fue como apostar por vivir del teatro, la copla o el faranduleo. Podría haber sido peor. La cuestión que me trae aquí tiene que ver con que la generalización nunca hace justicia. Como en aquel diálogo de Blade Runner, he visto funcionarios que no tienen horas en el día para sacar adelante cuestiones que, en ocasiones, el contribuyente ignora, y resultan cruciales para nuestro día a día. Dicho así parecen cosas que no creeríais, pero de verdad que lo he visto. He visto también a servidores públicos –ajenos a la política, aunque también a algún afiliado de número– que se han devanado los sesos para ayudar a los demás. Y eso me trae hoy aquí. Los II Premios Diagnóstico que entrega la tele de Castilla y León, y que impulsó con acierto el bueno de Jorge Losada, ha reconocido hace unos días a cuatro profesionales abulenses, Sonsoles Sáez, Teresa Jiménez, Cristina Fradejas y Zahara Urién, por el programa 'Yo acompaño'. La idea parece tan simple que sorprende que desde la administración no hayan puesto solución antes al asunto que aborda. Más preocupados en los votos, alimentando medidas populistas para una sociedad caprichosa, que en los problemas reales, nadie, desde arriba, hizo nada más allá que reconocer que hay un severo problema de envejecimiento social. Y yo diría que institucional, por muchos tuits y publicaciones esforzadas publiquen algunes en las redes sociales. El premio de Castilla y León Televisión valora esta iniciativa, impulsada por dos enfermeras y dos trabajadoras sociales, consistente en arropar a pacientes que no tienen apoyo familiar o de su entorno a la hora de acudir a citas médicas y pruebas diagnósticas. Es relevante la parte que dice «no tienen apoyo familiar o de su entorno», porque hay hijos que sólo se acuerdan de sus padres para llamar a la puerta cuando hay necesidades y problemas, no para ayudarles cuando vienen mal dadas. Quid pro quo. Sociedad caprichosa decía antes. Sumémosle también el calificativo de egoísta. El programa –vayamos a lo mollar– cuenta con el apoyo de Aspaym, FAEMA, la AECC, la Asociación Española de Pensionistas Jubilados de Ávila. De manera que, si usted es pensionistas y se encuentra en esa tesitura, tiene problemas para llegar a la consulta que le han puesto, dígaselo a su médico de cabecera. De esta manera, tendrá algo más cerca el Hospital de Nuestra Señora de Sonsoles –la Seguridad Social, para que me entienda– o el Hospital Provincial. Una excelente iniciativa, sin duda. 
Ahí iba la de cal, o la de arena. A saber. En el lado opuesto, servicios municipales, autonómicos y estatales que en lugar de adaptarse a las necesidades reales de los ciudadanos en la mitad de la segunda década del siglo XXI, abren en teoría de 9 a 14 horas. Tarde, mal y con un morro de aquí a Pamplona. Los hay, y en cualquier momento del año nos topamos con ellos, habitualmente por cuestiones que a todos nos gustaría esquivar, pero que deben atenderse en tiempo y forma, aunque sólo por nuestra parte, claro. El ciudadano servil y manejable al que se fríe a trámites, papeles y tasas. Hasta que un día eso cambie. El mundo al revés. Ya me entienden.