Gerardo L. Martín González

El cimorro

Gerardo L. Martín González


Masificación

11/06/2024

Se habla con frecuencia de las líneas rojas, esos límites que nunca deberían sobrepasarse, donde al otro lado está la antítesis, lo opuesto, lo contrario. Son tantas las líneas rojas que existen y que se sobrepasan que, podríamos pensar que no tienen ningún sentido, que pasar de un lado al otro es un mero ejercicio intelectual, sin ninguna consecuencia. Hay líneas rojas en la política, donde proliferan los daltónicos que no las ven o no quieren verlas, tema del que no quiero hablar, pues estamos saturados de esta mala política. Hay líneas rojas en el trabajo, en la educación, en las relaciones humanas, en la información, en el amor y en la guerra, que también se sobrepasan. ¿quién define donde deben estar las líneas rojas? ¿es un dato objetivo o subjetivo? Como no lo sé, tampoco puedo decir nada más y queda a su criterio.

Hay una línea roja que se ha llamado "masificación". ¿Qué es la masificación? Hasta al menos despierto, esto le puede sonar a "masa", la del panadero, que se manosea, se estruja, se estira, se golpea, se "manipula". Así lo entendieron los clásicos, y también en la Revolución Francesa, que certificó lo que podía entenderse por "masa social", y que ha llegado a estos tiempos. Hablar de "masificado" es decir que, lo que antes era normal y entre unos pocos, se ha popularizado, ha llegado a tanta gente, que debemos utilizar el término "masificado". Ejemplos hay muchos, y no todos malos. Así podríamos decir que "la masificación de la educación", el que la enseñanza llegue al mayor numero de personas, o a todos, es algo estupendo, al menos tener una educación básica, superando los tiempos históricos en que esto estaba en manos de la familia, de la iglesia, o de escuelas de "maestros", que fueron estupendas en su tiempo, a las que se acudía con bastante humildad, con ganas de saber, y respeto al que enseña. También tiene sus líneas rojas: exceso de alumnos por aula o por profesor; exceso de alumnos en la universidad, que hace disminuir el nivel de los estudios. Otra masificación que tenemos hoy día es la información, que se recibe masivamente, a través de avances tecnológicos, como internet, y las extensas redes sociales, y esos teléfonos móviles que parecen ya una prolongación de nuestro cuerpo, que como maraña llega a rincones insospechados. ¿la masificación es buena o mala? ¿hay líneas rojas en la masificación? ¿Por qué empieza a haber protestas?

El tema es tan extenso que no cabe un articulo periodístico, por lo que solo tocaremos un caso concreto: la "masificación turística", con hechos conocidos recientemente. Siempre se ha deseado tener una gran afluencia turística, que deja sus buenos dividendos en algunos sectores, como la hostelería, e indirectamente en los municipios, y globalmente, en la hacienda pública, con subida del PIB. Pero se ha empezado a ver sus líneas rojas, que crea molestias a la vecindad, y a las mismas cosas que se visitan turísticamente. Ya lo manifestó Venecia, donde allí no cabe un alfiler más. Ya lo manifiestan en Barcelona, donde la llegada de uno o varios cruceros a la vez, como una invasión, crean dificultades y molestias en la vida de la ciudad. Ya lo manifiestan en Japón, donde, y como ejemplo, los turistas hacen la vida imposible, por su impertinencia, a las míticas y aun existentes geishas, algo intolerable. Intentaron paliar este fenómeno, siempre a través del dinero ¡como no! cobrando una tasa a los visitantes, por si era un efecto disuasorio, cuando es recaudatorio. Aplicar aquí el refrán, "nunca llueve al gusto de todos", no es válido, cuando la lluvia se trasforma en riadas catastróficas, algo malo para unos y para otros.

¿Ávila tiene líneas rojas en turismo? ¿se conoce la capacidad máxima de los lugares visitables, como iglesias, museos, muralla? ¿se sabe cuando puede producirse, día, mes, año? ¿se saben cuántas plazas de aparcamientos son necesarias, las que hay y las que se necesitarían? ¿se conoce la capacidad hostelera, cuantas plazas hay o serían necesarias, en restaurantes, hoteles? ¿están planificados accesos cómodos y rápidos a esos lugares? ¿se tiene previsto que necesidad de agua que deberíamos prever en caso de llegar a una masificación? ¿está el comercio preparado para ofrecer algo más al turista, que no sean los simples recuerdos? ¿están las calles y plazas preparadas para circular por ellas masivamente? Para que seguir, si esto debe ser una preocupación municipal, o no habrá nunca líneas rojas en Avila, por innecesarias. Porque si no es por el turismo ¿Qué otro futuro espera Avila?