La Asociación de Vecinos Arturo Duperier ha elevado queja al Procurador del Común sobre el trazado del carril bici, solicitando la reapertura de la vía de servicio de Rodríguez Sahagún. Es un paso más, después de las acciones que llevan desarrollando casi un año con idéntica finalidad, como una manifestación, recogida de firmas o denuncia de la situación ante los medios de comunicación. No es por desanimarlos, pero tenemos varias instancias del último quinquenio en las que el Procurador expresaba su malestar por la ausencia de consideración del Consistorio hacia sus funciones, ya que ni a él le respondían.
El espinoso asunto del carril bici ha alcanzado ya unos tintes e implicaciones que han convertido lo que comenzó siendo en apariencia un episodio aislado, en un tema de calado con consecuencias. Los vecinos afectados han referido haber recibido nulo caso del Mercado Chico: se han mostrado dolidos de que el Ayuntamiento no les haya respondido en varias ocasiones, no les haya consultado, ni siquiera informado. Mucho menos recibirlos.
Hoy día, un valor fundamental para un político es ser cercano a la gente. Pero hay algunos que se han presentado ante la ciudadanía como especialmente accesibles, simpáticos o campechanos. El regidor abulense sería un ejemplo teórico de estos últimos. Pero, ¡ay! siempre llegan los casos prácticos que suponen la prueba del algodón para discernir entre realidades y fachadas. Los vecinos hablan de "dar la espalda", de "unilateralidad", de "no sentirse escuchados".
Concluido el vodevil de la moción de censura local, en cuatro días tendremos la madeja otra vez enredada, porque septiembre llega con el nuevo curso bajo un brazo y las ordenanzas municipales bajo el otro. Vuelta a empezar el traumático proceso de aprobación de ordenanzas y presupuestos que para la presente anualidad nos ha llevado ocho meses sacudirnos de encima. Las actitudes de bloqueos, oídos sordos y cordones sanitarios no parecen haber desaparecido, así que la búsqueda de alianzas cotizará al alza.
El PSOE suena como el compañero de pacto más deseable para el equipo de Gobierno municipal. Y uno de los requisitos que pone para comenzar cualquier tipo de diálogo serio con XAV es la actuación de una comisión de trabajo para evaluar si es menester modificar el polémico carril bici, cuya creación se aprobó en el Pleno monográfico extraordinario que tuvo lugar el pasado septiembre, pero que aún no ha empezado su actividad.
No sirve decir que tener un carril bici es modernidad y sostenibilidad y pretender con eso acallar cualquier crítica, algo legítimo y merecedor de la mayor atención. Lo primero son siempre los vecinos y sus necesidades. Si un trazado nace viciado de un profundo y reiterado repudio social, habrá que solucionar las causas de ese rechazo. Nadie se queja durante un año por gusto. Y la inexistente afluencia de ciclistas por la vía en cuestión no permite tampoco mantener a machamartillo que el carril tal como está es de interés general para la ciudadanía.
Veremos lo que tarda esa comisión de expertos (la "Mesa de la Bicicleta") en llegar a conclusiones, y después si sus dictámenes se llevan a efecto, ya que los precedentes hacen temer que sean guardados en un cajón. Y digo yo: ¿lo lógico no habría sido pensar primero y ejecutar después, y no viceversa?