El título del artículo es largo, pero está al día, con las amenazas que nos llegan sobre el control de los medios de comunicación por parte del Gobierno. Parece ser que se intenta desde el poder, tener a raya la información, coartar la libertad de decir lo que venga bien a quien sea, y sobre todo las críticas negativas y de censura a los que gobiernan. Esto incluye también, saber más sobre quien da la información y quien la sustenta económicamente. ¿por qué aquí y ahora? Parece ser que abundan las noticias falsas, las llamadas "fake news" que, con los medios de comunicación actuales, se extienden como la pólvora. Tenemos tanta información, de tantas cosas distintas y a la vez, como jamás se ha visto en la historia ¿y qué? ¿Somos más listos, más guapos, vivimos mejor? ¿Por qué queremos saber si los osos blancos se quedan sin hielo que pisar? ¿Por qué menganita se ha enfadado con fulanito, y hay tertulias de expertos en eso, ocupando horas, días, meses con temas tan "trascendentales"? ¿Por qué un presidente de gobierno dice hoy una cosa y mañana otra distinta, porque según él, eso es la política? ¿Por qué alguien cree en Dios y otros no? ¿Por qué, por qué? Las preguntas serían interminables. ¿necesitamos, queremos, deseamos estar informados de todo lo que pasa en el mundo mundial? ¿de que, por que, para qué? Lo que, si deseamos por dignidad humana, que no nos mientan; que las cosas que de verdad nos interesan, son muy pocas, y las demás son una distracción. La información, bien lo saben los periodistas, se supone que asi se han formado en su carrera, ha de referirse exclusivamente a relatar, lo que ven y oyen, sin adornos ni florituras, aunque pueden tener su personalidad descriptiva; cualquier otra cosa ha de ir a la sección de comentarios o de opiniones. Y aquí sí que hay libertad, reflejo del sentir de cada cual. Nuestro Diario, y casi todos, tiene paginas con estas características, y asi se dice en la parte superior de cada página, para que el lector sepa que lo que allí se dice, es opinable. La información, las noticias, no. Pero lo que ve, oye o siente el informador ¿es verdad? Vivimos en un mundo de creencias, religiosas, políticas, deportivas, académicas, sociales; y en base a esas creencias, deducimos lo que es verdad o mentira. Hoy día es manipulable casi todo, y aunque el informador actúe de buena fe informando, puede que no sea verdad. ¿Qué hacer entonces? Contrastar la información con otras del mismo tema, y sacar la conclusión. Pero esto no se consigue con el exceso informativo, sino con "la formación"; estar formado no es lo mismo que estar informado, y de esto se adolece en el mundo actual.
Las erratas es el pecado venial de la información. Puede haber equivocaciones al dar la noticia, más común en los medios escritos que en los hablados, y eso que hay correctores automáticos, pero siempre se escapa alguna errata, fácilmente detectable y perdonable. Si todo es oral, nadie distingue si hablas con h, b o v, si pones tilde o no, aunque hablar bien, correctamente, deja mucho que desear, y a veces dañan los oídos. Asi como las erratas son involuntarias, los errores son debidos a apreciaciones del informador; de ahí que el informador debe estar bien preparado, pues si no, aquello que se quiere trasmitir, sin mala voluntad, será falso.
El bulo y la mentira, son lo mismo en la información. Dice el diccionario de la RAE, describiendo el bulo: Noticia falsa propalada con algún fin. Y aquí puede estar el quid del control a los medios difusores de noticias, y de los consiguientes comentarios. El bulo es una mentira creada a propósito, para que sea creída como verdadera. ¿y si el bulo no es tal, sino que tiene algo de verdad? Para eso está la justicia, la que no mira a ningún lado, que lo dirá ¿la solución es controlar desde el poder los medios de difusión de noticias? Sinceramente creo que no, pues se caería fácilmente en el llamado pensamiento único, y estaríamos a un paso propio de las dictaduras.
Dice don Quijote: «La libertad, Sancho, es uno de los mas preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad asi como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres».