David Herrero Muñoz

El sacapuntas

David Herrero Muñoz


La cruzada contra las Cruzadas

09/04/2025

Uno de los temas recurrentes en la provincia es gritar a los cuatro vientos que necesitamos que se desarrollen iniciativas que generen empleo, riqueza y oportunidades. Por ejemplo, una entidad que invierta sus recursos en esta tierra, contrate centenares de trabajadores cualificados, impida que los jóvenes se tengan que marchar fuera, retenga el talento…
Siendo esto muy complicado, ya que todos los territorios buscan lo mismo, por el empeño y esfuerzo de diferentes instituciones, se consiguió que se implantara una universidad privada con un futuro incierto, pero con ilusionantes expectativas. 
Para sorpresa, no sé si de todos pero sí de muchos, el proyecto se fue consolidando hasta contar con cerca de 900 profesionales, entre profesores, personal de administración y servicios…Más de 7.000 alumnos, tres facultades y dos centros adscritos, despertando el sueño de conseguir construir un modelo de ciudad universitaria con todo lo que ello implica, no solo en términos económicos sino también sociales y culturales, junto a la Universidad de Salamanca, que también está avanzando satisfactoriamente en este sentido incrementando los programas de estudios oficiales en su campus de Ávila y mejorando sus infraestructuras. 
En la actualidad, como es lógico y legítimo para crecer y reforzar su arraigo, las Cruzadas de Santa María han comprado una de sus sedes, el que fuera Colegio de Huérfanos ferroviarios, propiedad de la Diputación, y el emblemático edificio de La Calera, perteneciente a la desaparecida y añorada Caja de Ávila, finca que corría el riesgo de convertirse en una ruina vergonzosa como ha sucedido con la antigua estación de autobuses.
Pues bien, a algunos sectores de la extrema izquierda esto parece que no les ha hecho mucha gracia. No piensen mal, que no va con segundas por el convento del mismo nombre, que también va a ser utilizado por el centro educativo, especulando con un supuesto valor de mercado mucho mayor de los inmuebles adquiridos. Algo nunca probado en la práctica, y un dudoso incremento de la influencia y el poder en la capital amurallada de la congregación religiosa encabezada por nuestra paisana Lidia Jiménez, estando esto último más cerca de las fantasiosas conspiraciones y la paranoia, que de los asuntos que realmente ocupan y preocupan a los abulenses.
Quiero finalizar indicando que no defiendo a la Universidad Católica de Ávila, ni a sus mandatarias, por interés personal, es decir, no soy parte de esa parte, ya que no tengo ningún tipo de vínculo con ella, sino porque afortunadamente no soy un fanático que anteponga la ideología o el odio al beneficio y mejora del lugar que me ha visto nacer y que tanto quiero.